EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La Iglesia celebra hoy la entrada de Jesús a Jerusalén con la procesión de ramos, que sirve como preparación para celebrar la Pascua, que invita a los fieles a renovarse en este tiempo litúrgico y en la propia vida.
La Iglesia católica llama hoy a no tomar los días santos como fechas de asueto, sino a reflexionar en cuanto a la necesidad de pasar del pecado a la gracia, de la lejanía de Dios a la posibilidad de vivir todos los días en su presencia.
Ignacio Mendoza Wong Sánchez, director de Comunicación Social de la Diócesis de Torreón, explica que este domingo aún es de Cuaresma e inicia con una procesión y las aclamaciones de los fieles, en una ceremonia donde se repite el gesto del pueblo de Israel que recibe a Jesús con ramas de árboles que agitan mientras celebran la llegada del Mesías, a quien esperaban.
La tradición es que los católicos conserven las palmas y ramos en sus casas, con lo que guardan un recuerdo del triunfo de Cristo. Durante la Semana Santa se celebran los misterios de salvación realizados por Cristo en los últimos días desde su entrada mesiánica en la ciudad de Jerusalén.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos de la Pasión, que une el triunfo de Cristo y el anuncio de la Pasión con la proclamación de la narración evangélica en la Misa.
Los ramos son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del misterio pascual.
Los días que van hasta el Jueves Santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida de Jesucristo, con exclusión de otras celebraciones.
En la Diócesis de Torreón se explica que el sacrificio de Cristo fue su consagración a Dios, puesto que esta palabra proviene del latín sacrificium, que significa hacer algo que sea sagrado o consagrado. Partiendo de esto, desde el punto de vista teológico el sacrificio de Jesús no está representado por su sufrimiento físico ni por su muerte misma, sino por toda la vida de consagración hacia Dios y a los hombres.
Pascua
La Pascua es la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, dice el director de Comunicación Social de la Diócesis de Torreón, Ignacio Mendoza Wong Sánchez, pues ?precisamente por los ministerios de la muerte y la resurrección de Jesús es que cada uno de nosotros hemos sido llamados por Dios, de las tinieblas a la luz?.
Refiere que la noche más importante del ciclo litúrgico es la pascual, ya que se trata de una celebra-ción impregnada de profundos signos bautismales, tales como la luz, el agua, la Palabra y el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo.