EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Raúl Castelán Hernández, originario de Tantoyuca, Veracruz, quien junto con su hija Fabiola llegó a trabajar a los campos agrícolas de Jesús Dorantes Gómez, reporta que hasta el momento no le han pagado lo correspondiente a 26 días de trabajo.
Raúl es uno de los tantos campesinos que llegan del sur del país a trabajar en la pizca del tomate, la cebolla o el chile en la pequeña propiedad ubicada en San Isidro y que tiene por nombre, Hortalizas de La Laguna donde actualmente se encuentran laborando dos mil indígenas de Veracruz y de Huejutla, Hidalgo, en condiciones infrahumanas.
Como en sus lugares de origen no hay trabajo, es a través del Servicio Estatal de Empleo donde les ofrecen una ?beca? para trabajar al norte del país y que incluye el pago de 75 pesos por tarea ?esto es de 40 a 45 botes de 20 kilos-, además de comida y un techo dónde vivir.
Situación que resulta cierta, pero que es cuestionable cuando al llegar aquí, los jornaleros se dan cuenta de que los recolectores de los ejidos sampetrinos aledaños a esta propiedad y los que vienen de Francisco I. Madero ganan 90 pesos diarios.
Además bajo el techo que les ofrecen se encuentran unas literas rudimentarias que como colchones tienen cartones llenos de chinches, según los jornaleros entrevistados. En una especie de bodega pequeña, son distribuidos hasta 40 personas sin importar que entre ellas vayan algunas parejas y sus respectivos hijos.
Así vivían Raúl y su hija Fabiola hasta que el padre soltero, el día 13 del presente mes se cayó en el baño donde se fracturó un brazo. Raúl relata que fue a las cinco y media de la mañana cuando luego de reportar al Cabo lo sucedido, lo llevaron al Centro de Salud de San Pedro, cuando a ellos los contratan con el mote de que la beca incluye Seguro Social.
Al parecer, ese día sólo le sacaron una radiografía y fue hasta el 14 de junio cuando lo llevaron al servicio de urgencias donde le indicaron que tendría que ser operado y luego enyesado. Situación a la que se negó Raúl porque aparte de que le dio miedo, lo confiesa, más pavor sintió al pensar dejar a su hija de 13 años en manos de desconocidos.
Por eso se negó a que lo intervinieran y al acudir al área de Recursos Humanos para solicitar que le pagaran lo que le debían para poder regresarse a su pueblo, ahí se encontró con una negativa y le dijeron que no le pagarían nada por haberse negado a recibir la atención médica que le ofrecían.
Desalentado llegó a Torreón y unas personas lo llevaron al Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, donde está recibiendo el apoyo que está necesitando.
El recorrido
El Siglo de Torreón acompañó a los miembros del Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, encabezados por María Isabel y Jesús Torres Frayre, hasta los campos agrícolas con el fin de solicitar una entrevista con Jesús Dorantes Gómez para exigir el pago correspondiente a los 26 días que le corresponden a Raúl Castelán Hernández así como lo de su incapacidad.
En la comunidad ejidal denominada San Isidro se encuentran las galeras donde viven amontonados los jornaleros del sur del país quienes se quejaron por las chinches en los cartones que hacen las veces de colchones, además de los baños que siempre se encuentran al tope de la suciedad así como del calor por vivir hacinados.
En las oficinas, la encargada de Recursos Humanos que nunca se identificó y que de manera prepotente se dirigió hacia los representantes de la Organización No Gubernamental (ONG) negó el pago a Raúl, además nunca salió Dorantes Gómez.
Cabe mencionar que en ese momento estaba llegando un grupo grande de campesinos del sur a trabajar largas horas bajo el intenso sol, por una mala paga y bajo condiciones que no son dignas para ningún ser humano.
