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Exigen miles reforma migratoria justa

OFENSA| EL GOBIERNO DE MÉXICO CALIFICÓ DE "INACEPTABLE" EL QUE UN GRUPO DE HAYA QUEMADO UNA BANDERA MEXICANA EN TUCSON

Bush pidió que el Congreso apruebe una reforma migratoria que incluya el programa de trabajadores temporales.

Washington, (EFE).- Las calles de más de un centenar de ciudades de EU se convirtieron hoy en un hervidero de activismo pro-inmigrante, para exigir una reforma migratoria integral y denunciar la "criminalización" de los extranjeros indocumentados.

De costa a costa, los inmigrantes hispanos -que conforman la minoría más grande del país- participan en grandes manifestaciones en ciudades como Dallas (Texas), Atlanta (Georgia), Los Àngeles (California) y Washington para pedir un trato justo y digno.

Aunque las marchas comenzaron a formarse por la mañana, alcanzarán su punto álgido a primeras horas de la tarde, cuando se sumen a ellas miles de trabajadores al concluir sus jornadas de trabajo.

"Queremos enviar un fuerte mensaje al Congreso y a la administración Bush de que estamos hartos, porque trabajamos duro y no merecemos que nos traten como lo han hecho desde los atentados de 2001", dijo a la cadena CNN Jaime Contreras, presidente de la Coalición Nacional de Inmigrantes, que coordina las protestas.

"La mayoría de los inmigrantes vienen a Estados Unidos en busca de un mejor futuro para sus hijos y eso no es ningún crimen", añadió.

El activista se refirió al proyecto de ley del republicano James Sensenbrenner, aprobado por la Cámara de Representantes en diciembre y que, entre otros elementos, convierte en criminales a los inmigrantes clandestinos y sanciona a quienes les den servicios sociales.

Se calcula que en EU hay cerca de doce millones de inmigrantes indocumentados, y la lucha sobre cómo resolver su situación irregular se ha recrudecido desde 2004, cuando el presidente George W. Bush propuso un programa de trabajadores temporales.

En un acto en la Universidad Johns Hopkins, en Washington, Bush pidió de nuevo que el debate sobre inmigración se realice con "compasión" y que el Congreso apruebe una reforma que incluya el programa de trabajadores temporales.

"Tenemos que resguardar la frontera y hacer cumplir las leyes", agregó.

Activistas consultados por EFE coincidieron en que la meta de hoy es demostrar que "el gigante ha despertado" y que no cesarán hasta lograr la legalización de los inmigrantes clandestinos.

"Más allá de la politiquería, los legisladores tienen la obligación de arreglar el sistema de inmigración y la reforma tiene que incluir la regularización de los indocumentados", dijo Juan José Gutiérrez, coordinador de la "mega-marcha" de hoy en La Placita Olvera, en Los Angeles.

Por su parte, Lydia Hernández, de la coalición "Somos América", en Phoenix (Arizona), resumió: "No vamos a parar hasta que aprueben una reforma viable, que reconozca nuestras contribuciones".

Con consignas como "Hoy marchamos, mañana votamos" y "No somos criminales", los activistas piden la legalización de cerca de doce millones de inmigrantes indocumentados, la reunificación de las familias y la protección de sus derechos laborales.

En Atlanta, al menos 40 mil personas marcharon hoy ondeando la bandera de EEUU y vestidos con camisetas blancas, como símbolo de paz. En el estado de Georgia, los manifestantes también se oponen a una medida estatal que, de promulgarla el gobernador Sonny Perdue, negaría beneficios a los adultos indocumentados.

Como parte de una ola de protestas en diez estados, el domingo más de 350.000 personas por las calles de Dallas, donde además se ha convocado a un boicot.

Ese mismo llamamiento ha sido recogido en Charlotte (Carolina del Norte), donde los activistas quieren demostrar el impacto económico de los inmigrantes en este país.

Los inmigrantes conforman la espina dorsal del sector agrícola de California, por ejemplo, y son el rostro más visible en los hoteles, restaurantes y en las obras de construcción en todo Estados Unidos.

Pese a que las estadísticas demuestran lo contrario, grupos opuestos a los inmigrantes, entre ellos el "Proyecto Minutemen", argumentan que son una carga pública, desplazan a los trabajadores estadounidenses y no desean integrarse a la sociedad.

La semana pasada, el Senado de EU anunció un acuerdo para legalizar a unos siete millones de inmigrantes indocumentados y establecer un programa de trabajadores temporales para el resto, pero el acuerdo se desplomó en medio de pugnas partidistas.

Las manifestaciones reflejan el surgimiento de un movimiento nacional de la comunidad inmigrante similar al que impulsaron los negros en los años 60, en su lucha por los derechos civiles.

QUEMAN BANDERA

El gobierno mexicano calificó el lunes de "inaceptable" el que un grupo estadounidense contra la inmigración ilegal haya quemado una bandera mexicana en Tucson.

"Consideramos inaceptable cualquier acto de provocación o vandalismo contra los símbolos patrios", dijo la subsecretaria mexicana de Relaciones Exteriores, Lourdes Aranda, en el marco de una rueda de prensa con el viceministro de asuntos exteriores para las Américas de Rusia, Serguei Kisliak.

Aranda consideró que las expresiones públicas en torno a la inmigración en Estados Unidos "deben realizarse con respeto al marco legal, a las autoridades, a la diversidad cultura y a los símbolos patrios".

Integrantes de los llamados Guardianes de la Frontera quemaron el domingo una bandera de México en Tucson, Arizona, frente al consulado mexicano, mientras portaban un cartel que decía "Defendiendo la soberanía de Estados Unidos", según reportes del diario Arizona Daily Star.

La quema del símbolo mexicano ocurrió en momentos en que en el Congreso de Estados Unidos se debate una reforma migratoria y ha llevado a miles de inmigrantes a manifestarse en defensa de sus derechos.

"Para nosotros las expresiones públicas que contribuyan a mejorar el entendimiento y el reconocimiento a las aportaciones de los inmigrantes a la economía y a la sociedad de los países receptores deben ser ponderadas en su justa dimensión", dijo la subsecretaria mexicana.

De los cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos, se calcula que seis millones son mexicanos.

El grupo estadounidense amenazó con quemar más banderas.

"Cada vez que ellos tomen las calles (para manifestarse), quemaremos una bandera mexicana", comentó Laine Lawless, directora del grupo y organizadora de las acciones del domingo.

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