EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- La falta de sueño entre los trabajadores mexicanos es un factor que afecta la productividad y la calidad del trabajo en el país, reconocen expertos psicoanalistas y de recursos humanos. En México, una de cada tres personas, en promedio no alcanza a dormir plenamente al menos una ocasión a la semana, y 10% de la población tiene un trastorno del sueño, lo que deriva de una pérdida de capacidad de retención y aprendizaje, y en ocasiones distracción, lo que perjudica la productividad al interior del centro de trabajo.
Hugo Italo Morales, presidente de la Comisión Laboral de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) comentó que la falta de sueño, aunado a la mala alimentación y al recorrido de grandes distancias que debe emprender el trabajador para llegar a su centro de trabajo, repercute en una baja considerable en la productividad. Es tan importante el impacto, señala, que es análisis de estudio por parte de la Organización Internacional del Trabajo, que considera estos factores como determinantes en la productividad al interior de una empresa.
Precisa que en el caso de las grandes ciudades, como el Distrito Federal, cada uno de estos factores inciden entre dos y tres puntos sobre la medición de la productividad de una empresa, aunque comenta que cada organización tiene sus indicadores propios.
Sin embargo, reconoce que son pocas las empresas que toman cartas en el asunto para lograr resarcir esta situación y elevar la productividad de su centro de trabajo. En casos generales, se recomienda que los empleados vivan cerca de donde laboran, con lo cual se minimiza el impacto, porque tendrán más tiempo para dormir y trasladarse.
Fany Eisenberg, terapeuta y catedrática del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) explicó que una de las fallas más comunes del cerebro es cuando en el sueño, el individuo no puede entrar a la etapa más profunda, debido a un cansancio extremo o un trastorno en su actividad cerebral, lo que da como resultado una baja en la productividad laboral, ya que la memoria y el cuerpo no tienen el tiempo suficiente para recuperarse.
Aclaró que el hecho de que una persona trate de dormir ocho horas continuas, no implica que duerma bien, pues si no se cumple con el ciclo del sueño, que contempla tres fases, (fase ligera, intermedia y profunda) difícilmente descansará, generando irritabilidad y otros síntomas colaterales a la baja en su productividad o en el desempeño.
Un estudio elaborado por la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, reveló que el 26% de los americanos adultos no consiguen dormir bien al menos en una ocasión al mes, mientras que el 24% tienen mayores trastornos, lo que ha despertado la preocupación de los patrones de las empresas ante este crecimiento del fenómeno, quienes están ideando cómo atender esta problemática de sus empleados y lograr resarcir esa caída en la productividad y ser más eficientes.
En ese sentido, Reyes Haro Valencia, vicepresidente de la Sociedad de Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño destacó que en México la situación pudiera tornarse más severa, ya que una tercera parte de la población tiene problemas para conciliar el sueño al menos una vez a la semana, mientras que más de diez millones de mexicanos padecen un trastorno crónico del sueño, de los cuales la mayoría no se trata médicamente.
El también director de la Clínica de Trastornos del Sueño y del Laboratorio del Sueño en el Instituto Nacional de Neurología y Neurofisiología, explicó que a nivel mundial, los mexicanos que viven en grandes ciudades, como Monterrey, Guadalajara y Distrito Federal duermen en promedio seis horas cuando el mínimo internacional es de siete horas.
?Sabemos que el no dormir afecta el funcionamiento de un individuo; el sentirse cansado provoca que disminuya el estado de alerta y que ello provoque accidentes de trabajo.
La gente empieza a tener más irritabilidad, las relaciones interpersonales se ven afectadas. Además, al año se invierten millones de dólares en incapacidades y en ausentismo laboral, ya que la persona no duerme bien y llega tarde al trabajo al dormir por más tiempo en la mañana tratando de recuperar el sueño perdido, y para justificar su tardanza recurre a las incapacidades?, argumentó.
El experto afirmó que el no dormir bien genera diversas consecuencias que afectan la productividad empresarial y la personalidad del individuo que se muestra irritable, molesto, genera cuadros de ansiedad y hasta depresión.