Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Familia Sirviendo a la Vida / DESPERTAR... ES ADMINISTRACIÓN DE LA VIDA

Germán de la Cruz Carrizales

(Segunda parte)

La quinta década es la década de disfrutar la vida (como cuando éramos niños) y comprende del año cuarenta y uno hasta que dejamos de vivir. Dicen que la vida comienza a los cuarenta, y ahora es el momento de volver a gozar justo como cuando éramos niños.

Esta etapa de nuestra vida, (si realmente trabajamos con una meta definida) en la que ya no deberíamos de preocuparnos por nada, como cuando éramos niños, sin embargo, ¿cuánta gente no existe o conoce usted, -o tal vez sea su caso- que a los sesenta o setenta años todavía tienen que trabajar de ocho a una y de tres a siete, todos los días de todos los meses de todos los años, porque no tienen los recursos o medios necesarios para vivir sin tener que trabajar?

Así que por favor ubique su vida, reconozca cuáles son sus limitaciones, solicite la ayuda necesaria y trate de salir de ese hoyo y disfrute de la vida.

Por lo tanto es importante que identifiquemos cuál es la filosofía de una meta. Cuando hablamos de establecer una meta, casi siempre pensamos o nos imaginamos algo muy alto, casi incansable y de hecho así lo sentimos y la realidad es que en vez de meta, esto se convierte en un deseo, una ilusión, una quimera, en algo que ?quizás? algún día tengamos en nuestra vida, así sea un buen sueldo o ingreso, una buena casa o terminar una carrera o un estudio.

Una ?meta? cuando es perfectamente meditada, analizada, sopesada y sobretodo deseada con un verdadero interés, esa meta será, a no dudarlo, alcanzable y hasta superada en toda su magnitud.

Pero ¿qué es una meta? ¿Cómo se puede definir? ¿Cómo se podrá analizar para una mejor comprensión? Cuatro etapas o factores son necesarios. La primera es tener un móvil, un motivo o una razón.

Vamos a verla parte por parte, y aquí se me viene a la mente que para que una ?meta? o propósito sea logrado, primero debemos tener un móvil. Algo en nuestro interior que nos mueva a realizar, un motivo poderoso interior, una razón fuerte que nos imbuya de interés en todos los sentidos de nuestro ser a lograr, lo que nos hemos propuesto.

Este móvil o razón puede ser en todos los aspectos, como el económico (un ingreso lo suficientemente atractivo como para vivir con ciertos lujos, ahorrar para nuestra vejez, etc.)

El social (que nos permita figurar en la sociedad como una persona altruista, participar en clubes, u organizaciones profesionales).

El cultural, (para tener una carrera o un curso que nos abra nuevos campos y conceptos en nuestra vida). En fin, los móviles o razones para lograr la meta trazada pueden ser tan variados y ambiciosos como nosotros queramos, una ventaja extra, es que una vez que la mente y la conciencia se acostumbran a trabajar a base de metas y éstas se empiezan a lograr, los objetivos son cada vez más ambiciosos y atractivos.

Así que el primer factor a buscar para que la meta que usted ha pensado, se realice, es buscar un móvil, motivo o razón.

La segunda parte es el entusiasmo, la emoción y enamorarnos de ella. Y no por estar en segundo lugar es menos importante o interesante, es el entusiasmo que debemos tener para lograr nuestra meta.

Cuando verdaderamente nos entusiasmamos por algo, nos ?endiosamos? y solamente de eso estamos hablando, comentando, hablando, comentando y pensando, y mediante un mecanismo interno (que en su oportunidad explicaremos) esa idea al final se vuelve realidad.

Entusiasmo genera entusiasmo, y cuando nuestra meta se ha metido en nuestra sangre, en todas las fibras de nuestro ser, cuando nos enamoramos de lo que verdaderamente queremos, al final lo obtenemos.

Recordemos cuando nos encontramos ante la persona que un día iba a compartir nuestra vida, empezamos a tejer nuestros pensamientos en torno a dicha persona, poco a poco fuimos captando su interés, hasta que esa persona se interesó en nosotros y así fue como pronto logramos la meta de conseguir su cariño, su amor, su vida misma, y al final terminamos casándonos y logramos aquella ilusión.

Así mismo debemos enamorarnos, entusiasmarnos de nuestra meta y al final la conseguimos...

El tercer factor es el trabajo, el tesón y ser tercos ya que es indispensable, sin el cual, ninguna meta, por mucho que la queramos, o deseemos se logra. Una vez que hemos determinado qué es lo que queremos hacer, debemos trabajar intensamente para lograr los resultados deseados. Nada se conquista sin este factor (trabajo), pues nada que valga la pena viene sin esfuerzo, porque cuando lo obtenemos sin ningún sacrificio pronto lo perdemos o no lo apreciamos.

Además cuando nos acostumbramos a ponernos metas y luchamos por lograrlas, el éxito obtenido nos llevará a ponernos otras metas y más altas.

Es como los récord, todo mundo relacionado con ese deporte, empieza a entrenar, a desarrollar técnicas y habilidades para superar y llegar a implantar un nuevo récord. Así será en la meta de su vida, si usted está cada día superándose, el trabajo para lograr el objetivo será una distracción, una terapia, algo tan apasionante que no querrá que el día termine, hasta ver coronados sus esfuerzos.

El cuarto factor es tener una actitud de triunfador, esta actitud debe envolvernos desde el momento en que planteemos lo que queremos lograr, pues si por el contrario, antes de empezar a trabajar sobre un objetivo, ya estamos derrotados mentalmente, por mucho que intentemos, trabajemos o luchemos por salir adelante, será imposible pues toda nuestra fe estará encaminada al fracaso.

Se debe estar muy consciente de este último ingrediente y que esté muy claro en nuestra mente, que verdaderamente se siente que hay un cien por ciento de posibilidades de éxito que no exista ninguna duda al respecto y entonces la meta será totalmente realizable. Concluyendo, podemos decir que la palabra meta se compone de los siguientes factores M de motivo, Móvil, razón; E de entusiasmo, Emoción, Enamoramiento; T de Trabajo, Terco, Tesón y A de Actitud de Triunfo.

?No siempre obtenemos lo que queremos, pero sí definitivamente lo que esperamos?. Muchas personas después de hacer todo el ejercicio que hemos mencionado, nos han dicho que su meta no se realizó tal como lo habían planeado. Analizando esa situación, nos encontramos que la razón por la que no fue posible obtener el éxito, es porque precisamente eso es lo que esperaban, no lo que querían. Cuando vamos al cine y dejamos el automóvil en una calle un poco desierta y pasa por nuestra mente la siguiente inquietud ?a ver si no le roban algo- y durante toda la función, estamos con esa zozobra, ese temor, esa angustia y cuando llegamos al auto, al salir del cine nos encontramos con que efectivamente le robaron algo, luego decimos: ya lo presentía. Pero en esos momentos ¿Queremos que nos roben algo? Claro que ¡No! Pero que es lo que estábamos esperando. Así que ahora ya escribió su meta espere, haga que se logre.

El hombre más rico de San Antonio, Texas. Tal vez conozca la historia de este hombre tan rico que los políticos de esa ciudad cuando se quieren lanzar a una contienda electoral, tienen que ir a verlo para pedir su aprobación y si el señor los aprueba, es casi seguro que ganen. ¿Pero quién es ese personaje? Es un mexicano, parece ser que de Monterrey, N.L. que cuando llegó a los Estados Unidos su trabajo consistía en vender verduras en un carrito de mano en las colonias de San Antonio, pero desde que llegó: todo su pensamiento era: ?un día voy a ser el hombre más rico de esta ciudad? y esa obsesión lo acompañaba a todas horas y a todas las personas con las que de alguna manera tenía trato, así se los hacía saber. Algunos se burlaban de él y cuando lo venían venir, se decían entre sí, en tono de guasa: -Mira ahí viene el hombre más rico de San Antonio- y se reían de tal ocurrencia. Cuentan que un día este señor estaba en la bodega del mayorista cuando sonó el teléfono y preguntaron que si por ahí andaba el hombre que quería ser el más rico. Cuando contestó el teléfono alguien del Estado de California le dijo:

-¿Así que tú quieres ser el más rico?- le preguntaron- sí, contesto con mucha seguridad. -¿Y qué necesitas para empezar?- Cincuenta mil dólares- dijo inmediatamente. ?Muy bien, le dijo el desconocido, hoy mismo te los sitúo a tu nombre. ?Espere, se apresuró a contestar- y cómo se los voy a pagar- cuando seas rico.

El resto ya se lo imaginarán, este hombre logró su propósito, pero si analizamos un poco la historia, veremos que sucedieron varias cosas:

Tenia una meta bien definida, insistiendo en su objetivo, nunca tuvo duda que lo conseguiría y sobretodo tenía bien planeado qué hacer, para llegar a obtener el éxito. Continuará...

Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y agradecemos los cometarios recibidos a nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).

Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la tercera y última parte de ?Despertar...es? Administración de la vida. Gracias por su atención.

?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 203765

elsiglo.mx