(Segunda parte)
La semana pasada empezamos a tocar el tema de las cualidades y la primera que estamos analizando es el entusiasmo y le sugeríamos que para tenerlo siempre en nosotros hagamos el siguiente ejercicio todos los días.
Las frases que diremos al levantarnos. Además de dar gracias a Dios, todas las mañanas que usted despierte, pida lo siguiente para obtener cada vez más entusiasmo.
A. Hoy arreglaré todos mis asuntos satisfactoriamente. Ahora todos los asuntos quedarán debidamente resueltos, todo nos va a salir bien. Si hay algún asunto especial, lo mencionamos como: arreglar un asunto en una dependencia oficial, tramitar un pasaporte, conseguir algún empleo, etc., ¿cree usted que si a alguien todo le está saliendo mal en la vida andará entusiasmado? Definitivamente no.
B. Donde yo esté habrá paz y armonía. Con el solo hecho de nuestra presencia en algún lugar, se arreglarán todas las dificultades, ya no habrá diferencias, pleitos, desavenencias, etc., es terrible llegar como cliente a un negocio donde hay cuatro o cinco empleados y tres de ellos no se hablen y así se lo hacen sentir al cliente con su actitud o con palabras fuertes o fuera de razón.
Pero donde más debemos cuidar nuestra armonía es en nuestro hogar. Hay quien dice: mis problemas personales los dejo en casa-. Pues no es cierto, si tenemos problemas o discusiones en el hogar, en un momento dado y de una forma inconsciente, lo empezamos a reflejar en el trabajo en contra de quienes menos tienen la culpa.
Así que si tiene dificultades en su hogar, es mejor que los arregle, pues si empieza a pelear o discutir con sus compañeros de trabajo será imposible, que pueda estar entusiasmado para desarrollar sus labores.
C. Pensamientos y actitudes negativas no tendrán influencia en mí. Cuantas veces nos dejamos influir y desmotivar por lo que dice la gente. Luego sucede que hay personas en los negocios con algunos años de antigüedad, y que supuestamente son los que saben más, los que deben poner el ejemplo a los nuevos elementos, pero por sus frustraciones, tal vez son los que más hacen daño a la empresa, pues cuando viene una persona joven y empieza a trabajar con muchas ganas, con mucho entusiasmo, lo desaniman con frases como éstas:
-Para qué te matas tanto, al cabo no te lo van a agradecer-. ?Hasta pareces el dueño de la empresa-. A poco crees que te van a aumentar el sueldo- o bien, de ?barbero? no te bajan y lo peor es que tanto te lo dicen, hasta que te quitan el entusiasmo por tu trabajo.
D. No accidentaré, ni me accidentarán, ni me accidentaré. Este acondicionamiento deberíamos hacerlo no tan sólo al despertar sino a cada momento en que vamos a iniciar algo, en el que pudiéramos estar ante la posibilidad de un accidente, como: subir una escalera, cargar un bulto pesado, conectar un aparato electrónico, manejar un automóvil, usar algún cuchillo, apretar una tuerca, etc.
Cuando vayamos a iniciar un viaje, antes de salir a carretera, cierre sus ojos, tome varias respiraciones profundas y visualícese ya en su destino final con toda felicidad. Esto funciona.
E. Por cada peso que necesite gastar, recibiré dos o más. Con esta mentalidad, no nos dolerá, ni nos molestaremos con nosotros mismos, cuando por alguna razón, tengamos que hacer un desembolso imprevisto, como puede ser: una cooperación para algún compañero de oficina, reparar algún daño que por accidente nos veamos precisados a pagar, etc., esto nos permitirá estar tranquilos y confiados y créalo o no pero funciona.
F. Un balance perfecto en todos mis niveles de vida. ¿Cuáles son mis niveles de vida?
a. Nivel mental. ¿Cómo son mis pensamientos, positivos o negativos? Usted dirá, ¡pues de los dos! Pero quiero decirle, que con un solo pensamiento negativo que tenga en el día, los miles de pensamientos positivos ya no sirvieron para nada, pues con uno solo negativo, todos los demás se contaminan.
Es como si en un tambo de 100 litros de agua pura, le ponemos un gramo de veneno, toda esa agua se contaminará, se echará a perder.
b. Nivel físico. ¿Cómo anda su cuerpo físico? Su úlcera, su presión, su gastritis, su migraña, su diabetes, etc., o ¿está en perfectas condiciones físicas? También aquí, usted puede estar bien en todo, pero con una sola falla que tenga en cualquiera de sus órganos, ya no está perfectamente saludable.
c. Nivel espiritual. ¿Cómo cree de su energía interna? ¿Cómo cree de esa chispa divina? ¿Cree que todo es simple materia, o que hay algo más allá? Este nivel no es fácil de entender, porque es referente a la Fe que usted tenga de sí mismo, y a veces es en quien menos creemos, en nosotros mismos.
d. Nivel emocional. ¿Cómo andan sus químicas en su cuerpo? ¿Es de los que se molesta por cualquier tontería? ¿De cualquier gesto o palabra hace una tragedia? ¿No puede estar a gusto en ninguna parte? ¿Cree que todo el mundo lo va a atacar?
e. Nivel cultural. ¿Cómo anda su preparación? ¿Terminó la primaria, la secundaria, la preparatoria, una carrera profesional? ¿Está leyendo libros, asistiendo a cursos o conferencias, es decir, se está preparando para salir adelante en este mundo tan acelerado, en la vida?
f. Nivel social. ¿Cómo se lleva con los demás? ¿Con sus padres, su esposa(o), sus hijos, en fin, con el mundo en general?
g. Nivel económico. ¿Cómo andan sus recursos económicos? ¿Es de los que puede salir adelante con sus propios recursos ante una emergencia, o tiene que pedir prestado a otras personas?
Quiero decirle, amigo(a), que con uno de estos niveles que se le caiga, pronto se vendrán abajo todos los demás, así que el equilibrio de los mismos es muy importante.
Una vez que decimos todas estas frases: ?hoy arreglaré todos mis asuntos satisfactoriamente?; ?donde yo esté habrá paz y armonía?; ?no accidentaré, ni me accidentarán, ni me accidentaré?; ?pensamientos y actitudes negativos no tendrán influencia en mí?; ?por cada peso que necesite gastar, recibiré dos o más?; ?un balance perfecto en todos mis niveles de vida?. Se levanta, se mete a la ducha, y en el baño vamos a decir desde lo más profundo de nuestra alma tres veces ?qué entusiasmado estoy?, que lo sienta, con toda su fuerza y verá cómo ese día, todo se va a solucionar positivamente, el día parecerá más soleado, más alegre, porque entonces sí estará usted entusiasmado.
2. Sinceridad. Ésta es otra cualidad o talento que casi no usamos, pues tal vez por la presión constante en que vivimos tanto en los negocios, como en la vida familiar, cada vez somos más hipócritas, cada vez escondemos más nuestros verdaderos sentimientos.
Para poder ser sinceros con los demás primero debemos ser sinceros con nosotros mismos, pero qué difícil es reconocer uno sus propios errores pues siempre o casi siempre, estamos culpando a los demás. Cuando llegamos tarde a una cita, y nos hacen la pregunta: -¿por qué llegaste tarde?- Casi siempre contestamos: pues mi esposa que no me despertó, o el camión que no llegaba, o el trafico, o se me atravesó el tren, se me ponchó una llanta, etc., pero casi nunca reconocemos que llegamos tarde porque salimos tarde ya que ?no? queríamos llegar temprano.
Cuando vienen las parejas a platicar acerca de sus problemas conyugales y platico con alguno de ellos por separado, siempre es el otro el de la culpa. ?Mi esposo nunca me saca, siempre estoy sola, metida en la casa haciendo todo el trabajo, se quejaba amargamente una señora-. ¿Y usted señora, cómo es con su esposo? Le preguntaba. ?Yo soy muy buena esposa, muy fiel, buena administradora, magnífica madre de mis hijos, hacendosa, callada, reservada, siempre le guardo respeto- me decía muy ufana.
Pues tráigame a su esposo, ya que debe andar mal de la cabeza, pues con una mujer como usted, no me explico por qué nunca la saca a pasear, -le contesté un tanto confundido-.
Cuando vino el esposo y empezamos a platicar, en cierta parte de la conversación me dijo: mire Germán, tengo ganas, hambre deseos de que cuando invito a mi esposa a salir, me diga ¡VAMOS! Pues siempre me dice que está muy cansada... que tiene que planchar, lavar o alzar la cocina..., ayudar a los niños con la tarea, etc., siempre tiene pretextos y nunca quiere salir conmigo. El primer día casi me arrodillaba, la segunda ocasión, nada más le dije que si íbamos al cine y ante sus constantes negativas, la tercera vez ni me molesté en invitarla. La verdadera culpable de la situación era la esposa, pero ella no lo podía ver, porque no era sincera consigo misma. Y usted: ¿qué tan sincero es con usted mismo? ¿Reconoce sus errores, o es de los que le echan la culpa a todo el mundo?
Así que ahora que entre al baño y diga ?qué entusiasmado estoy?, lo va hacer sinceramente, lo va a sentir, no haga lo que algunos en nuestros seminarios, cuando les indicamos que éste es el proceso para estar verdaderamente entusiasmados toda la vida, dicen: -pero es que me da vergüenza, qué van a decir de mí, van a creer que estoy loco, etc., y no participan en esta dinámica. Hágalo, experiméntelo por una semana y verá el cambio en sus actitudes. Continuará...
Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y agradecemos los cometarios recibidos a nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).
Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la tercera parte de Despertar... es Cualidades. Gracias por su atención.
?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.