Quinta parte)
Continuación...
?Lenguaje del cuerpo?. Tal vez usted ha tenido las siguientes experiencias. Que estando trabajando muy entretenido de pronto empieza a oír un zumbido de oídos... o a veces nos llega un hipo pertinaz, que no nos deja ni hablar... o una tosesita que parece que tenemos polvo pegado en la garganta... o de pronto empezamos a estornudar insistentemente... o un dolor agudo de cabeza. ¿Cuáles de estos casos son comunes en usted?... Ahora explicaremos más detenidamente esto.
Zumbido de oídos. Cuando nos pasa esto pensamos que en ese momento alguien está hablando mal de nosotros, pero la realidad es que algo que oímos no nos gustó, o bien nos molestó de tal manera, que ahora nuestro cuerpo nos está diciendo que hagamos consciente aquello que oímos. Una señora padecía dolores agudísimos de oídos, a tal grado que se le reventaban, eran tan intensos los dolores que tenía que encerrarse en su recámara, correr las cortinas para obscurecer el cuarto y que nadie osara entrar ni hacer ningún ruido, porque parecía que le martillaban en su sistema auditivo. Cuando platicamos con ella, todo su problema era que cuando estaba pequeña y vivía con su mamá, (que era madre soltera) dormía en la misma recámara y a veces su mamá llevaba a algún amigo a dormir con ella, y cuando la niña oía que el amigo en turno decía: -¿Ya se durmió la niña?- Y ella estaba despierta, se hacía la dormida pero cuando oía los arrumacos de la pareja, todo su pensamiento era: -(quisiera quedarme sorda para no oír a éstos...)- ésa era la razón de sus fuertes zumbidos y dolores en sus oídos.
El hipo. Cuando la gente tiene hipo normalmente se dice que se robo algo, pero la realidad es que algo quisimos decir y por alguna razón nos lo callamos y nuestro cuerpo nos empieza a exigir que hablemos. Una cajera de banco tenía hipo y una persona en la fila para cobrar un giro bancario la observaba, de pronto la señorita empezó a hipar cada vez más seguido y con un sonido más fuerte. -¿Le da muy seguido el hipo?- Le preguntaron con confianza, sí y a veces me dura hasta una semana. Contestó afligida. Bueno ?le dijeron- cuando yo llegué frente a usted, su hipo se le habrá quitado, le aseguraron. No lo creo, -dudó ella-. Sí, le volvieron a repetir. Sólo piense qué quiso decir hace rato a alguien que le hizo pasar un fuerte coraje. Esta persona se había dado cuenta, que un momento antes uno de los funcionarios del banco, le había llevado un paquete grande de giros para que los hiciera de inmediato, pero como había bastantes personas esperando en la ventanilla frente a ella, el conflicto era: atiendo a los clientes o le digo al funcionario que no puedo hacer ese trabajo que lo haré después. Una vez que ella fue consciente de esta situación, su hipo desapareció, como por encanto.
La tos insistente la tenemos porque creemos que pisamos el piso con los pies descalzos, o porque tomamos agua fría, pero también éste es un síntoma de que algo quisimos decir y nos lo callamos. En un curso, se acercó un joven que empezó a toser, toser y toser, a tal grado que no dejaba oír ni concentrase a los demás participantes... se le dijo que pensara qué había querido decir y se lo había reprimido... la tos empezó a espaciarse cada vez más hasta que al venir el intermedio de la conferencia la tos había desaparecido y el comentario del joven fue: -es que vive en la casa una hermana que se acaba de divorciar y no soporto a sus hijos -confesó- y ahora yo quería decirle que se fuera, pero por mi mamá me contuve.
Los estornudos. Cuántas veces estamos en una reunión y sin ningún, motivo o razón aparente, empezamos a estornudar insistentemente hasta que alguien nos presta la suficiente atención para desearnos salud: lo que realmente pasa en esta situación es que algo que oímos o pensamos hizo reaccionar a nuestro ego, algo que restó importancia a nuestra persona y para llamar la atención es que empezamos a gritar con el estornudo hasta que alguien nos hace caso.
El dolor de cabeza es también una reacción de nuestras químicas a un conflicto interno muy dramático y nuestro cuerpo, tanto para hacernos comprender, como para salirse con la suya nos provoca este dolor que a veces decimos que es una punzada, jaqueca, migraña, neuralgia y lo que hacemos inmediatamente es tomar un analgésico, que de momento equilibrará nuestras químicas, pero como lo que realmente produjo ese dolor es una idea, en poco tiempo el efecto de la pastilla pasa y ahora es necesaria una dosis más fuerte, lo que hace que en poco tiempo sea necesario un medicamento más enérgico como inyecciones, intervenciones quirúrgicas y por último la muerte, que ése ya sería el equilibrio total.
Una joven padecía de unos intensos dolores de cabeza, ya había estado en varias ocasiones internada en el hospital, se le habían practicado electroencefalogramas, aplicado toda clase de medicamentos, pero el dolor en vez de disminuir cada día era más y más intenso, al grado que ya no podía ir a trabajar... Todo empezó cuando tenía cuatro o cinco años de edad y estando arriba de un árbol en la huerta de su casa, la rama se rompió viniéndose al suelo y se abrió la cabeza, sangró abundantemente y por supuesto la cabeza le dolió muchísimo... Pasaron algunos meses, y un día su hermano menor, le dio con un palo en la cabeza, volvió a sangrar y a provocar un fuerte dolor y tal vez con esta segunda experiencia, en su subconsciente quedó grabado la relación sangre-dolor de cabeza.
Al pasar los años y venir con la pubertad su primer período menstrual, empezó con un ligero dolor de cabeza que para ella era muy normal por estar en esos días. Cuando cumplió veinte años, su madre murió y siendo ella la consentida, también quiso morirse y como lo que tenía grabado en su mente era el dolor de cabeza, cada vez se lo producía más y más agudo para lograr su propósito: morirse. Una vez que pudo comprender ese mecanismo, el dolor desapareció y al año nos encontramos y nos participó que jamás había vuelto a sentir aquel dolor de cabeza.
Es muy común que cuando estamos en una reunión y algo nos molesta, queremos salirnos de ese lugar pero por educación no lo hacemos, empezamos a sentirnos mal físicamente, para tener un buen pretexto y no quedar mal ante los anfitriones.
Es por eso que insistimos en que seamos conscientes de nuestras ideas o pensamientos para que nuestro cuerpo no tenga que sufrir esas reacciones que no nos dejan disfrutar la vida.
Hay en ocasiones, personas que tienen movimientos extraños o inconscientes que decimos que son tics nerviosos, como pueden ser: movimiento acelerado de los ojos, el voltear el cuello de un lugar a otro de una manera enérgica, los hombros que suben y bajan de una manera rítmica, las piernas que las cerramos o abrimos cuando estamos sentados, de manera intermitente que hasta llegamos a desajustar la silla, o bien cuando una de las piernas la apoyamos en la punta de los dedos y las subimos y bajamos... ¿conoce usted alguien con esos tics? Quizás usted mismo ¿es de los que constantemente tienen que estar moviendo un llavero, una pluma, etc.?, cada uno de estos movimientos tiene un significado, por lo que tenemos que hacer es estar pendientes de esos movimientos y cuidar nuestros pensamientos.
El movimiento de las piernas. Cuando estamos sentados en una silla y empezamos a mover una de las piernas hacia arriba y hacia abajo, es que no estamos a gusto donde estamos, o tenemos un pendiente que no hemos podido realizar y nuestra mente nos está urgiendo que actuemos, es decir nos está diciendo vámonos. Algunas personas con ese tic, cuando en el curso tocamos este punto, comentan que tal vez no sea cierto, ya que ellos sí están a gusto en él; pero que tal en su vida, en su trabajo, en su hogar, en su ciudad, es decir, tenemos que ser conscientes de dónde queremos huir y ese movimiento deja de ser necesario.
Cuando las piernas se abren y se cierran inconscientemente, esto indica un deseo sexual reprimido. Un joven durante una conferencia había estado todo el tiempo con este movimiento pero cada vez más marcado, cuando aclaramos esta reacción de nuestro cuerpo, él comentaba que su esposa estaba ausente, ya que se había ido a su ciudad de origen, porque iba a tener su primer hijo y quería estar con su madre. Aquí comprendió el joven su necesidad sexual y la razón de este movimiento.
Cuando estamos platicando con alguna persona y ésta inconscientemente cruza los brazos, lo que nos está dando a entender es que algo de lo que dijimos, le molestó a su ego y ésta es una manera de protegerse. De tal manera, que si usted se dedica a las ventas y al estar con algún cliente toma esta postura, se cruza de brazos y hecha su cuerpo hacia atrás, más vale que haga usted algo para que baje los brazos e incline su cuerpo hacia delante (muéstrele un catalogo, un libro, etc.), porque de otra manera, toda su argumentación se perderá en el vacío. Con éstos y otros movimientos inconscientes de nuestro cuerpo todo lo que nos está indicando es que seamos conscientes de nuestros pensamientos, ya que de otra manera nuestras químicas (venenos) de nuestro cuerpo se desequilibrarán de una manera dramática que nos puede llevar a una enfermedad, tal vez leve al principio, pero que si no controlamos esas ideas, la situación se irá agravando.
Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y agradecemos los comentarios recibidos a nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales (pmger@hotmail.com pmger@todito.com).
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?Quien no vive para servir, no sirve para vivir?.