(Vigésima primera parte)
Problemas de relaciones humanas o desavenencias con algún familiar o conocido. Creo que también ésta es una situación que no debemos dejar de atender, pues cuando traemos a nuestra conciencia algún problema o dificultad con alguien, nuestra vida empieza a amargarse, no podemos ver el lado positivo de las cosas.
Es muy común que en las empresas, los compañeros de trabajo empiecen a llevarse mal, a no hablarse, a decirse cosas pesadas, a hacerse mala cara, a ocultarse información acerca del negocio, con tal de hacer quedar mal al compañero, etc. También en nuestra propia familia empezamos por no hablarnos, por reclamarnos cosas unos a otros, de tal manera que pronto esas relaciones personales son un verdadero infierno.
En los matrimonios, a veces la comunicación es casi nula o sólo se hablan para pelear o discutir y todo esto tendrá que reflejarse en nuestra actitud en todos los actos de nuestra vida.
Cuantas veces no ha ido usted a una tienda, al banco, o a una institución pública y la empleada o empleado que le atienden está de malas, con una cara de pocos amigos, etc., y ese trato que supuestamente debería ser amable, se convierte en un gruñido, una frase hiriente o de plano, en una actitud totalmente negativa.
¿Y cuántas cosas más podremos agregar como problemas de relaciones humanas?
También esto se puede arreglar por medio de la ?Telepatía?. Sólo ponga en su mente aquella persona o personas con la que usted tenga esos problemas y dígales: Es por tu bien y beneficio que ya no tengas resentimientos contra mí. Perdóname todo lo que te he ofendido, que yo por mi parte te he perdonado. A partir de mañana nuestras relaciones serán de lo mejor.
Y vea en su mente a ésa o esas personas muy contentas, muy sonrientes y con una gran camaradería hacia usted.
Recuerde que la felicidad y el bienestar de todos depende del amor y la aprobación de los demás.
Debemos de estar del lado de las personas, y estar del lado de las personas es darles amor, aceptación, libertad de expresión, no un amor posesivo, ni una censura a todo lo que hagan o digan.
Las personas deben sentir que se les aprecia, que se les toma en cuenta, que se les aprueba y eso lo logra usted, cuando no tenga nada contra nadie.
Si por medio de la telepatía, nuestro cerebro puede conectarse con todo el universo, ¿con cuál estará conectado el cerebro de una madre? Usted dirá: ¡Con el de sus hijos!
Pero, ¿con cuál de ellos estará directamente conectado? ¿Cuál de ellos será aquél, que lo que la madre piensa, oye, siente, dice, el cerebro del hijo luego, luego lo registra?
Desde luego que estamos hablando del ser que aún está en el vientre, ese ser que aún no tiene conciencia, aún no sabe siquiera que existe y ya está recibiendo grabaciones, órdenes, impresiones, que de inmediato quedarán registradas en el mecanismo de la mente y de ahí en adelante nuestra actitud será en base a todo esto. Tal vez usted diga: ?Bueno, al cabo yo no traigo a nadie en el vientre?. Pero la pregunta es: ¿Y quién no estuvo en el vientre de su madre?
Todos, absolutamente todos estuvimos en el vientre de nuestra madre. ¿O no es cierto?
Y ahora nos debemos preguntar y de ser posible respondernos con toda la sinceridad posible: ¿Cuáles serían los pensamientos de nuestra madre mientras estuvimos en su vientre?
No me estoy refiriendo a qué pensaría con respecto al niño que traía en el vientre, sino en general todos sus pensamientos...
Una alumna de un curso, una señorita muy guapa, muy agradable, joven, sana, de bonito cuerpo sostenía relaciones amorosas con un joven que la adoraba, la trataba de maravilla, se desvivía prácticamente por ella, sin embargo ella padecía de unos celos terribles, enfermizos, dramáticos, a tal grado que la vida era casi imposible para ella.
Platicando su problema, se pudo hacer conciente, que ella cuando estaba aún en el vientre de su madre, su papá, andaba en amoríos con otra señora, por lo que su madre sufría de unos celos terribles. Es decir, todo lo que fue grabado en el mecanismo de esta mujer, fueron celos, reclamaciones, inseguridad emocional, y ahora aun cuando ella no quería sentirlos, así tiene que ser.
-Fíjese que a veces prefiero no salir de la casa ingeniero- me confesaba, para no sentirme muy mal cuando mi novio voltea a otro lado y que vaya pasando por ahí otra mujer.
Así que, si usted sufre de celos (y no que sean precisamente hacia su ser amado) de inseguridad, que le parece que lo hacen menos, que no lo toman en cuenta, más vale que trate de buscar esos sentimientos a través de los sentimientos de su madre.
Si nuestra madre sufrió privaciones económicas, cuando estuvimos en su vientre, ahora, por más que queremos, o no tenemos el éxito económico, o bien, aun cuando lo tengamos en abundancia, nos dará miedo (o nos dolerá) gastarlo.
Si lo que nuestra madre sufrió fue una crisis de miedo por alguna causa real o imaginaria, ahora nuestro acondicionamiento mental será con esa tendencia.
Me tocó ver el caso de una persona que cuando trabajaba para otros, lo hacía muy bien, tomaba decisiones adecuadas, era audaz para los negocios, muy acertado en sus tratos y siempre la empresa iba en camino ascendente. Todos sus amigos y parientes lo animaban a que se independizara, con los conocimientos y habilidades que poseía, podía hacer muy buenos negocios y ganar bastante dinero para él mismo. Continuará...
Esperamos seguir contando con su atención en ésta su columna y agradecemos los comentarios recibidos sobre estos temas tan interesantes y de las muchas personas que han compartido sus casos con nosotros, de esto que pocas veces se habla seriamente y con el corazón. Los habremos de considerar en nuestro libro que estamos por concluir. Los esperamos en nuestra dirección electrónica que ponemos a sus órdenes con Germán de la Cruz Carrizales: pmger@hotmail.com y pmgerxxi@yahoo.com.mx.
Reiteramos nuestro agradecimiento a quienes hacen posible estas publicaciones y sobre todo a usted amable lector quien hace que este proyecto contribuya a fortalecer nuestras familias y sus valores. La siguiente semana veremos la vigésima segunda parte de Despertar... es Mecanismo de la Mente. Gracias por su atención.
?QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR?.