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México.- Uno de los filósofos más radicales y sugerentes del siglo XX, el alemán Federico Nietzsche, cuya crítica al cristianismo y a la sociedad de su época plasmó en obras como "Así hablaba Zaratustra", "Más allá del bien y el mal" y "El Anticristo", murió el 25 de agosto de 1900, en Weimar, Alemania.
Nacido el 15 de octubre de 1844 en Röcken, Prusia, Federico Wilhelm Nietzsche creció en un ambiente femenino, rodeado por su madre, abuela, dos tías y una hermana, pues su padre, Karl Ludwin, un ministro luterano, murió cuando el pequeño tenía cinco años.
Su primera instrucción la recibió en el internado de la Escuela de Pforta, donde obtuvo conocimientos sobre la antigüedad clásica, referente básico de su pensamiento posterior.
Estudió filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, donde se interesó por la filosofía del alemán Arthur Schopenhauer y su teoría de la evolución, la cual influyó decisivamente en la formación de sus ideas.
Otra de sus influencias fue la del compositor Richard Wagner, con quien entabló una amistad, que se vio interrumpida por el reproche que Nietzsche le hizo al compositor, por haber cedido ante los ideales del cristianismo en su obra "Parsifal".
Con apenas 25 años de edad, el poeta fue nombrado catedrático de filología clásica en la universidad de Basilea, Suiza, mérito que obtuvo gracias a sus trabajos filológicos publicados antes de concluir sus estudios.
El filósofo estaba convencido de que los valores tradicionales de aquella época, estaban llenos de una "moralidad esclava", creada por personas resentidas y débiles que fomentaban comportamientos de sumisión y conformismo y que sólo servían para satisfacer sus propios intereses.
Argumentaba que los valores tradicionales, representados en esencia por el cristianismo, habían perdido su poder en la vida de las personas, a lo que calificó como nihilismo pasivo, y expresó tajantemente en su proclamación "Dios ha muerto".
Su actividad como docente se vio interrumpida en 1870 debido a la guerra, en la cual participó como enfermero, hasta que se vio obligado a regresar a causa de una enfermedad de la que nunca se recuperó por completo.
De acuerdo con sus biógrafos, el filósofo sufrió una fuerte decepción sentimental luego de conocer a Lou von Salomé, de quien se enamoró profundamente sin ser correspondido y que posteriormente se convirtió en la esposa de uno de sus amigos.
Tras su decepción y su jubilación como docente, el filósofo pasó largas temporadas en la Riviera francesa y en el norte de Italia, donde se dedicó a pensar y a escribir a pesar de que sus obras no tenían el éxito esperado.
En sus escritos afirmó que debían crearse nuevos valores que reemplazaran a los tradicionales hasta llegar a la posibilidad de evolución de un "superhombre" creador de valores, que reflejaran la fuerza e independencia de la docilidad cristiana.
Entre sus obras más importantes destacan "El origen de la tragedia" (1872), "Así hablaba Zaratustra" (1883-1885), "Más allá del bien y del mal" (1886), "La genealogía de la moral" (1887), "El crepúsculo de los ídolos" (1888), "El Anticristo" (1888) y "Ecce Homo" (1889), entre otras. A principios de 1889, en Turín, Italia, casi ciego, el filósofo sufrió una crisis de locura de la que no logró sobreponerse, estuvo internado en una clínica de Basilea, Suiza, y posteriormente fue trasladado a otra en la ciudad Jena, Alemania, hasta que su madre se lo llevó consigo. Federico Nietzsche vivió los últimos 12 años de su vida en un estado de aletargamiento, bajo los cuidados de su madre y su hermana, en la ciudad de Weimar, Alemania, donde murió el 25 de agosto de 1900.