EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Felipe: mecha que no enciende

Patricio de la Fuente G.K.

“Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto”.

-Séneca-

A menos de cien días para las elecciones federales, el candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, se mantiene en un distante segundo sitio atrás de López –autodenominado políticamente “indestructible” y aunque bien, todo puede suceder dentro de una contienda que en opinión de muchos resulta aburrida, casi letárgica, hoy por hoy es frío el ambiente en la casa de campaña albiazul pues comenzó ya la desbandada, tanto de colaboradores como de simpatizantes hacia otros rumbos; en tanto reina el nerviosismo, no digamos frenético pero sí en cambio colectivo. En corto: pueden perder la grande y lo saben.

El que las cosas vayan mal y el panorama no resulte halagüeño para Calderón y sus huestes, obedece a un sinfín de circunstancias o coyunturas que aquí trataremos de desmenuzar sin desperdicio de espacio. En lo personal la trayectoria de Felipe no tiene desperdicio: a muy temprana edad alcanzó cargos estratégicos dentro de la política nacional y salvo las críticas generadas cuando fue miembro del Gabinete foxista, a la larga sale bien librado al considerársele un hombre honesto, cuya congruencia, entre el decir y el actuar ha sido siempre impecable. Panista de “hueso colorado”, incluso sus enemigos lo tildan de brillante pero proclive a adoptar posiciones demasiado conservadoras en un escenario que va en pos de –y hoy más que nunca- la mesura, el equilibrio.

El elector pasó de mirar con simpatía el fervor guadalupano de Vicente Fox, hasta llegar al hartazgo o el “ya chole”. Vivir dentro de un Estado laico supone que el secretario de Gobernación funja como fiel de la balanza entre los distintos credos e ideologías y es bien sabido, es justo ello lo que Abascal Carranza no está dispuesto a hacer. A todo lo anterior sumémosle un cuestionable fervor juarista proveniente de “ya sabemos quién” y por lógica surge la duda entre todos nosotros: ¿Acaso Calderón no será otro mocho de antología?

Luego viene el affaire Los Pinos. A diferencia de los candidatos del PRI y el PRD, quienes ganan sus candidaturas con base en movimientos sumamente cuestionables, Felipe triunfa, consigue credibilidad nacional cuando gana a mano limpia, pero del mismo modo pierde fuerza y apoyo de la Presidencia pues, aunque nos quieran hacer creer a todos lo contrario, su persona resulta “non grata” tanto para el presidente como para su consorte; según ella únicamente avocada a actividades sociales en pro de los desposeídos. ¡A otro perro con ese hueso!

Calderón vacila entre dos sentimientos: no quiere serle ingrato al presidente, pero también necesita distanciarse –ya diría López Portillo “romper para estabilizar”- y ofrecer nuevas opciones. En la mayoría de los foros donde ha sido invitado es sin duda entre los tres suspirantes, quien ofrece contundencia, claridad y soluciones viables ante preguntas difíciles. Sin embargo, enfrenta una bronca mayor que desde aquí lanzamos a manera de pregunta: ¿cuál es la función práctica de lucirse frente a la élite o sectores privilegiados pero parece estar incapacitado para conectarse anímicamente con el pueblo?

Felipe no puede utilizar los métodos incendiarios de Fox, pues ni son iguales y además, seis años después, la fórmula está gastada. Al candidato del PAN se le reconoce su seriedad pero es menester despojarse del aura de intelectualidad que no va bien con las masas. Digo, nadie sugiere que haga suya la demagogia, el mesianismo y todo lo populachero, pues además de insensatas existen otros por ahí quienes ya registraron como propia la marca.

No levantan el vuelo las campañas pues México está aburrido tanto de los candidatos como de los partidos. Si bien Vicente Fox goza del aprecio de muchos, su incumplimiento y tropiezos han hecho mella en el ánimo colectivo. También mella –y por qué no decirlo: furia-, sienten los ciudadanos ante la degradación política generalizada que parece más un circo romano, que el espacio donde quepa el debate de las ideas y la solución de divergencias.

Josefina Vázquez Mota que fue dentro del Gabinetazo, un talento sin precedentes y por lógica muchos presumieron liderar al grupo calderonista le sería labor relativamente fácil. Ya mencionábamos la desbandada al interior del equipo y la falta de comunicación entre las distintas áreas de trabajo. Cabe destacar otro problema mayor: el de la publicidad y el marketing. Felipe Calderón carece de “slogans” o frases que muevan masas y ya ni decir que transmitan su credo personal. Sus publicistas han resultado ineficaces en hacer llegar el mensaje a los lugares correctos. Bueno, también ayuda el desgano tradicional y el impulso tan loable de Vicente Fox para desalentar cualquier aproximación a los medios de comunicación.

No encuentro un atisbo de luz, mil veces menos un “rayo de esperanza”. Existen grandes candidatos –salvo sus excepciones- pero soy incapaz de sentir el frenesí del año 2000. Quizá se deba a que entonces tenía 22 años y solía comprar semillas pensando que eran chocolates.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 205228

elsiglo.mx