La frase que utilizó Horst Kohler, presidente de Alemania, para dar comienzo a la Copa Mundial 2006, en una presentación corta y precisa, da nombre a nuestra colaboración de hoy.
La ceremonia inició con mucha juventud, representando a los cinco continentes, Pelé levantando el trofeo en disputa y no podía faltar el toque femenino con la presencia de Claudia Schiffer.
Más emocionante aún fue ver a los que alguna vez fueron campeones y desfilaron por un esplendoroso Alianza Arena con capacidad para 66 mil personas y una inversión de 437 millones de dólares.
Se inició el partido con un minuto de silencio, a iniciativa de Leopoldo Luque, mundialista y campeón argentino en 1978, en homenaje a los padres de los seleccionados Oswaldo Sánchez (México) y Leandro Cufre (Argentina), recientemente fallecidos.
En cuanto al partido, diremos que el anfitrión Alemania, lleno de presión por su primer encuentro, lo supo sacar muy bien adelante, maniobrando en campo rival y moviendo el balón de un sector a otro, facilitando un poco el resultado al abrir el marcador a los cinco minutos por obra de Lahm, que fue una belleza de gol.
Costa Rica con un poco de miedo escénico se encuentra con el empate transitorio en una jugada dudosa, que Wanchope define como si estuviera jugando en la calle con sus amigos de infancia. Luego llega el segundo y tercer gol del dueño de casa, por obra de Close en el día de su cumpleaños, Costa Rica descuenta con gol de Wanchope y para el final queda la culminación de Friengs con un tremendo disparo, anotando el cuarto y definitivo tanto del partido, con el cual redondeó una buena actuación.
Como resumen queda un juego inaugural con muchas emociones, donde Costa Rica se volverá pronto a casa, y Alemania si no corrige su última línea en la coordinación junto a su portero, pasará malos momentos.
Hasta la próxima.