Valoran a partidos
Es realmente impactante lo que la sociedad ha resentido en relación a las noticias sobre las elecciones...
La insistencia de los medios, (en particular de la televisión) en trastocar la verdad ha sido reiterativa, ofensiva y agraviante; realmente deja resultados conmovedores: mentales por las afectaciones sicológicas y sociales por las movilizaciones que se han generado.
¿Cómo poder valorar los efectos de la actuación de los partidos?
Bueno, el comportamiento del PAN es obvio que obedece a una estrategia del temor, el miedo, lo que provoca la parálisis o el rechazo a todo lo que signifique política.
¡Qué infortunio que ante un concepto tan válido como lo es esta relación social, el PAN nos transmita la versión contraria a lo que es la ?polis?!
Ya que en realidad la política la traemos los seres humanos desde que nacemos, ya que todo nuestro aprendizaje es producto de una actividad social, en fin...
Ahora y específicamente el PRD y aliados, han planteado una estrategia participativa y de inclusión social en donde la discusión está en el primer plano. Todo es discutible, ¡hasta el conteo voto por voto! ¿por qué ese temor a rectificar el conteo?
Creo que es muy largo el tema de lo que ha proyectado el ?pejismo? en su tarea electoral, por ello sólo me concreto a dejar un solo trazo de su planteamiento...
Y para concluir sólo pido a ?El Siglo de Torreón? que en su nueva modalidad de Foro Del Lector publique esta carta.
Pilar López
Torreón, Coahuila.
?AMLO ahora quiere el agujerito?
Andrés, estaría bueno que ya maduraras, te ves patético haciendo tanto berrinche, te vez mal contradiciéndote cada momento, cada día, cada vez que abres la boca; pudieras retirarte un tiempo para poner tus ideas en orden. No es posible que siendo la esperanza de tanta gente pobre ?como lo has pregonado-, quieras ahora invertirles la jugada; ahora pretendes que ellos sean tu esperanza para alcanzar el poder que tanto ambicionas.
¿Cómo crees que los pobres, con las limitaciones que tienen, gasten en traslados desde el lugar de origen de cada uno de ellos, para escucharte en las famosas asambleas que tú y tus incondicionales están organizando? ¿De qué se trata -si se supone que tú eres el redentor- cuándo quieres que los pobres se sacrifiquen por las calles, lejos de sus hogares en lugar de que tú les pongas la muestra y te sacrifiques primero.
¿Por qué tú sí gozas de tanta comodidad? Al igual que nuestro benemérito, toma tu carreta y los expedientes del supuesto fraude y recorre con ellos los lugares más inhóspitos de nuestra República Mexicana ?digo- porque según tú, eres el abanderado de licenciado Benito Juárez.
Si ellos supieran que estás convertido en aquel niño caprichoso que acompañó a su mamá a la consulta del médico y que una vez en el consultorio, cada cosa u objeto que se le antojaba lo pedía con llanto, pero con un llanto tan escandaloso que parecía que lo estaban castigando. El médico, para no tener que soportar a cada momento los berrinches de aquel mocoso, le decía a su asistente que le diera todo lo que el niño con llanto y escándalo solicitaba. Hasta que de pronto nadie le entendía, ¿y ahora qué quería esta endemoniada criatura? Todos calladamente y con fastidio se preguntaban; el niño -traducía la mansa madre- quiere ese cuadro que tiene usted colgado en la pared, mismo cuadro que la asistente le entregó; pero eso no bastó para callarlo y la madre dice que lo que quiere el niño es el clavo de donde estaba suspendido el cuadrito; clavo que también recibió aquel niño necio y malvado, mas aún el chiquillo no se conformaba y seguía con su molesto berrinche; entonces la madre aclara, ?es que m´hijo lo que quiere ahora es el agujerito? ?Ah... No!.. exclama el médico, ya harto de tanta necedad, el agujerito que se lo dé otro tonto. El inocente sólo quería el agujerito de la pared que se había hecho al clavar el clavito.
Andrés, si tú al igual que el niño de este cuento quieres el agujerito, de una vez te digo; pídeselo a tus más cercanos colaboradores, pero por favor no pretendas conseguirlo de los mexicanos más fregados.
Juan Antonio Aguilar Tello
Torreón, Coahuila.