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Foro del lector

Del 68 al 2006

Año de 1968, la mayoría de los estudiantes de las escuelas superiores públicas simpatizábamos con el movimiento, más que por tendencias políticas, por inquietudes e ideales propios de esa edad. Los que estudiábamos en la capital asistíamos a los mítines y marchas, recibiendo insultos, amenazas y a veces golpes de la autoridad. Esto nos provocaba en lugar de miedo, un reto propio de esa edad. Mi padre, simpatizante de nuestros ideales, conversaba, con la experiencia y la prudencia de su edad, conmigo y con mis amigos. Un día nos advirtió que debíamos retirarnos ya que el movimiento se había radicalizado y algunos líderes habían aprovechado para satisfacer sus necesidades particulares. Nunca nos arrepentimos de haberle hecho caso, no pasó ni una semana cuando sucedió la matanza en Tlatelolco.

Heberto Castillo, personaje con tendencias de izquierda, pagó con la cárcel la difusión pública de sus ideales, pero ganó el respeto y la admiración de sus compatriotas al manifestarse siempre sin incitar a la violencia y al respetar las opiniones contrarias a su filosofía.

Cuauhtémoc Cárdenas sufrió, como todos sabemos y reconocemos, aun los que no votamos por él, un verdadero fraude electoral, en donde su prudencia evitó el caos y la violencia en el país ya que en ese entonces, la tolerancia y apertura democrática no habían sido desarrolladas.

Los que votamos hace seis años por el cambio, vimos con cierta desilusión la resistencia de los radicales, tanto de derecha como de izquierda, y la falta de experiencia política de nuestro presidente para la negociación. Gran parte de estos votantes, sin hacer un análisis a fondo, votaron por el partido que ahora predica un fraude electoral. Esto pretende llevar al país a dividirse en el norte y en el sur y a los radicales a incitarnos a la violencia.

Jesús Humberto Orduña Rodríguez,

Torreón, Coahuila.

Pura lengua

Leo hoy en el prestigiado diario El Siglo de Torreón el comentario sobre los Intelectuales que apoyan a Andrés Manuel López Obrador. No sé, si ellos saben dónde está el fraude que afirman que se hizo, también deben saber quién lo hizo y a la vez, como intelectuales, deben hacer la denuncia sobre quién es o quiénes son los responsables del delito. Si no lo hacen, pensaré que son clones de López Obrador, pura lengua.

Eduardo González Caldera,

Torreón, Coahuila.

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