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PAR VIAL

Con respecto a las obras que se están llevando a cabo en las calles Francisco I. Madero y Comonfort, pues no encuentro el motivo para toda la molestia que nos están ocasionado a la ciudadanía. Están levantando las banquetas y haciendo estacionamiento en batería, y con esto no aumenta la amplitud de las calles a la circulación y tampoco va a aumentar el número de cajones para estacionarse.

Sólo va a ocasionar caminar incómodamente por esas banquetas y aumentar el número de accidentes, pues es más difícil salir en este tipo de estacionamientos por la falta de visibilidad.

Además sobre estas calles se encuentra mucha del área médica de la ciudad, por lo que pregunto: ¿para qué tanto gasto inútil? ¿o se tratará de abatir el desempleo con la cantidad de cuidadores de coches que se van a ocupar a todo lo largo de estas calles?

María Eugenia Herrera,

Torreón, Coahuila.

LA CORRUPCIÓN

La conveniencia puede más que la dignidad y son capaces hasta de prostituirse por conseguir lo que ellos persiguen, la corrupción nos ha convertido como a esos drogadictos que necesitan de esa inyección para sentirse mejor; la hemos aceptado como norma y es el modus vivendi de nuestro país, como pueblo y como nación, concertaciones, mordida, relaciones políticas, favores, la podemos llamar de muchas maneras, pero su verdadero nombre es corrupción.

Así que no seamos admirados ni persignados con lo que pasó en Atenco, Oaxaca, en nuestro Congreso, con los mítines y plantones de AMLO; lo que pasa en la Cámara de Diputados y lo que pasará hoy, éste es el resultado por llamarlo en sentido figurado, el producto del narcomenudeo que se infiltró en nuestra vida cotidiana como nación y como seres humanos, quienes participamos en estos foros no hemos sido contaminados y clamamos la verdadera justicia.

Pero ¿cómo clamar justicia si tenemos un Poder Judicial y una Suprema Corte como ramas obedientes, consecuentes y corruptas del Ejecutivo, una Suprema Corte de Justicia, venal, sucia, cruel y violadora de todos los derechos de los demás, una policía o un conglomerado de cuerpos policiacos igualmente venales, no sólo inútiles sino contraproducentes, que sólo han servido para sobornar y dejarse sobornar, y amparar y proteger a todo delincuente que pague, es por esto que cuando no funciona la corrupción o no perteneces a es círculo se echa mano de la represión.

El poder no mantiene el orden que necesita la sociedad, sino el orden que le conviene para asegurar su supervivencia y su primacía.

Gerardo Flores,

Torreón, Coahuila.

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