Uno de los problemas más serios que ha tenido la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) en su corta historia, es el de los malos arbitrajes, los cuales se dan en las 24 plazas. Ya es muy raro ver que se maquen los tres segundos en el área, una violación cuya esencia es nivelar la lucha abajo del tablero entre los gigantes y los jugadores de menor estatura.
José Luis Ibarra es el encargado de manejar a los árbitros en la LNBP y su labor es elevar la calidad de los silbantes, tanto a la hora de tomar decisiones en la cancha, como en el aspecto de honestidad, y esta última palabra no se refiere a la obtención de dádivas, sino a posibles señalamientos en contra de algún directivo o jugador que no es del agrado del silbante en turno.
La directiva de Algodoneros de la Comarca solicitó a la LNBP que no le enviaran a dos silbantes de Durango, uno de apellido Maciel; la respuesta entonces fue afirmativa, ya que se consideraba que ambos elementos sí habían perjudicado al equipo de la Comarca. En la reciente gira por Aguascalientes y León apareció el mencionado árbitro y la inconformidad algodonera se hizo evidente. ¿Por qué mandar a un elemento que la misma liga ya estaba de acuerdo en no asignar a los Algodoneros?
La respuesta de José Luis Ibarra fue concreta: ?la LNBP nunca me ha avisado de no mandarle esos árbitros a Algodoneros?.
El comentario no se hace por tratarse del equipo local, sino como un ejemplo de las inconformidades que existen en varias organizaciones y que la misma liga ha dejado crecer para no afectar los intereses de los equipos poderosos, los que patrocinan algunas universidades o bien, aquellos con un apoyo fuerte de empresas sólidas.
En el primer partido de la actual temporada, Algodoneros de la Comarca jugó en Ciudad Victoria y el resultado fue una derrota por un punto, ahí vino la primera inconformidad del cuerpo técnico y directiva del conjunto lagunero. Fue una situación muy especial porque ahí presente estaba Modesto Robledo, presidente de la LNBP y de los Correcaminos de la UAT Ciudad Victoria. Testigo de los hechos fue también Manuel Raga, el mejor jugador mexicano de todos los tiempos.
Manuel Raga comentó en ese entonces a Modesto Robledo sobre las deficiencias del arbitraje, al menos en ese juego, el titular de la liga lo aceptó y prometió poner manos a la obra en busca de mejorar la situación. El consenso entre los 24 equipos de la LNBP es no recibir ayuda de los árbitros, pero tampoco ser perjudicados, para dejar que el resultado se incline en favor de aquel que limpiamente sea el mejor en la cancha después de 40 minutos.
Equipos como Algodoneros de la Comarca, Gambusinos de Fresnillo, Barreteros de Zacatecas, Mayas de Yucatán, Bucaneros de Campeche, Pioneros de Quintana Roo y Guerreros de Morelia, no son organizaciones que tengan el respaldo económico de una gran empresa o universidad, y menos del Gobierno de su entidad, como aquí en Coahuila lo tienen los Lobos de la UA de C, quienes no cuentan en sus filas a jugadores coahuilenses, a diferencia de los Algodoneros de la Comarca, con Víctor Méndez, Daniel Mota, Hugo Rodríguez y Samuel Reyes, sin olvidar que Arturo Velasco y Óscar Yander ya son laguneros por adopción.
Cuando equipos como los arriba mencionados son perjudicados por decisiones arbitrales, la consecuencia es mayor, porque no se tiene un plantel tan basto como los poderosos y eso impide que haya una pronta recuperación. En la visita de Mayas de Yucatán hubo una jugada clave, Algodoneros tenía dos tiros libres y la bola, pero el árbitro dio el balón al contrario. El triunfo fue para los yucatecos y después vendría la disculpa del silbante que reconoció su error; el daño, sin embargo, ya estaba hecho.
Ese reporte lo hizo Algodoneros a José Luis Ibarra y el silbante recibió una sanción de cinco juegos, después de haber revisado el video. Al igual que hoy lo hace el futbol soccer, ver una y otra vez los señalamientos arbitrales polémicos, puede ser muy positivo para la LNBP, que actualmente requiere una buena inyección de seriedad, profesionalismo y credibilidad.
