“Si no nos dan con qué trabajar, va a ser un engaño a 50 millones de mexicanos”.
Roberto Vega Galina
El 15 de octubre de 2005 el director general apenas nombrado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Fernando Flores, firmó un convenio laboral que modificaba el contrato colectivo de trabajo con el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS). A los mexicanos y derechohabientes se nos presentó ese acuerdo como un rescate de la institución. Para comprobarlo, desde diciembre del año pasado solicité al IMSS una copia del convenio, el cual debería ser público. Hasta la fecha no se me ha entregado. Finalmente conseguí, por otros medios, copias de dos convenios firmados; pero ante la resistencia a divulgarlos, me parece claro que hay una decisión de los directivos del IMSS para evitar que se conozcan los documentos. Y hay buenas razones para ello.
El contrato es un fraude al IMSS, a sus derechohabientes, a sus trabajadores y al país. Lejos de rescatar a la institución, los nuevos convenios ratifican su sentencia de muerte. De hecho, el documento está redactado específicamente para darle la vuelta a las modificaciones a la Ley del Seguro Social con las que el Congreso trató de salvar a la institución en 2004.
Quizá lo peor de todo es que a los actuales trabajadores del IMSS se les han presentado estos convenios como una reivindicación de sus derechos laborales. Muy pocos -fuera de la dirigencia sindical- saben que lo que se ha hecho es quitarles recursos a ellos para subsidiar las pensiones de los nuevos trabajadores.
Y lo peor de todo es que esta maniobra no permitirá rescatar al Seguro; simplemente retardará su muerte. El convenio firmado el 15 de octubre por los dirigentes del sindicato y por los directivos del IMSS establece que se aumentarán anualmente las aportaciones de los actuales trabajadores del IMSS del tres por ciento que prevalecía en 2005 hasta un diez por ciento en 2012.
Este dinero de los trabajadores en activo se aplicará para financiar las pensiones de los trabajadores contratados en los próximos años, con lo cual se le da la vuelta a las modificaciones de la Ley del Seguro Social del 2004 que específicamente prohibían utilizar las aportaciones de los derechohabientes para cubrir las jubilaciones de los nuevos trabajadores del IMSS.
Fernando Flores, el director general del IMSS nombrado por el presidente Vicente Fox en octubre de 2005, trató de presentar el convenio como un triunfo de la razón y un rescate de la institución. El secretario general del SNTSS, Vega Galina -hoy diputado por el PRI pero que busca una candidatura del PRD al Senado-, afirmó que Flores -quien trabajó con Ricardo García Sáinz en el IMSS precisamente cuando se estableció el Régimen de Jubilaciones y Pensiones que habría de quebrar al IMSS- es un funcionario que sí sabe escuchar a los trabajadores.
Pero lejos de defender los derechos adquiridos de los trabajadores en activo del IMSS, el sindicato les está tomando el pelo. El contrato no hace nada por reducir el actual pasivo de pensiones que ha llevado al IMSS a la bancarrota. El compromiso de entregar siete puntos porcentuales adicionales del salario de los trabajadores es, en cambio, permanente. En el futuro será ya imposible pedirles a estos trabajadores una mayor aportación para sostener sus propias pensiones. El convenio, por otra parte, no establece cuál será el monto total de las aportaciones que la actual generación de trabajadores aportará a los de nueva contratación.
Es un cheque en blanco que tendrán que pagar los trabajadores en activo y los derechohabientes, los cuales seguirán sufriendo los problemas del deterioro de la institución. El convenio laboral no es una solución permanente. Cada año disminuirá el número de trabajadores en activo que aportará recursos a la nueva generación. El documento, por otra parte, obliga al IMSS a reemplazar a todos los trabajadores que se jubilan, entre 12 mil y 15 mil al año.
También señala que se podrán contratar entre 62 mil y 65,500 nuevos trabajadores bajo el nuevo sistema. Estamos hablando de que en cuatro o cinco años el IMSS estará nuevamente en la misma situación de hoy. Sólo que habrá 65 mil nuevos trabajadores con derechos adquiridos imposibles de financiar. El Gobierno del presidente Fox ha actuado con una enorme irresponsabilidad en la negociación con el SNTSS. Ante el temor de enfrentar una huelga en el IMSS, ha preferido heredarle el problema al siguiente Gobierno.
Y mientras tanto la situación del Seguro seguirá deteriorándose. En un futuro no lejano todo el dinero que aporten los derechohabientes se utilizará solamente para pagar nóminas y pensiones. Nada quedará para proporcionar servicios de salud.
¿SUSTENTABLE?
La cláusula seis del convenio adicional para las jubilaciones y pensiones del IMSS establece que se integrará una comisión para “buscar en el plazo de seis meses el fortalecimiento financiero del Instituto y las adecuaciones a su marco normativo para hacer sustentables los acuerdos contraídos en este convenio”. Pero los firmantes debieron haber encontrado una forma de hacer sustentables los convenios antes de firmarlos.
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