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Frontera salvaje

Sergio Sguayo Quezada

En la frontera sur convergen las tensiones de una región convulsa y la efervescencia de una Cuenca del Caribe donde está redefiniéndose la balanza de poder. Esa región, que ya forma parte de la agenda de riesgos a la seguridad nacional mexicana, está siendo visitada por el presidente electo.

En los años ochenta, por nuestra frontera sur salían suministros bélicos a una América Central desgarrada por guerras civiles y de allá llegaron millones de refugiados y desplazados económicos a transformar el mapa demográfico de América del Norte.

Después del conflicto vino la indiferencia y la región siguió deteriorándose y la frontera se convirtió en tierra de nadie.

Confín poroso que cruzan personas y bienes con mínima interferencia de los estados. Los polleros se mezclan con los narcos, los migrantes con los mareros, y los funcionarios de todos los colores extorsionan a placer. Hace años Guatemala era controlada con mano dura por una oligarquía militar; ahora florece la violencia y la inseguridad y exporta ?Kaibiles? para las guerras entre cárteles y en el Petén guatemalteco, donde se atrincheraban guerrilleros indígenas, ahora aterrizan aeronaves con la cocaína colombiana que abastece a Estados Unidos y México.

Entre los expulsados por el quebranto económico de algunos países del sur vienen los ?Maras?, esas pandillas de la globalización, de la desesperanza y del culto a la muerte que viven del robo, la extorsión y los asesinatos y que empiezan a ser reclutados como sicarios del narcotráfico o vendedores del narcomenudeo, mientras una parte del México marginado empieza a imitar el estilo de vida del marero.

Nuestro sur es de una belleza que deslumbra... y que se degrada aceleradamente, como esas niñas y niños que caen en las redes pederastas de Cancún. Los bosques siguen siendo atacados por los talamontes... como en el resto del país. Es menos visible el embate contra el Caribe; su sistema de arrecifes de coral, por ejemplo, languidece y en algunas partes se extingue como sucediera con el caracol rosado y otras especies. Sus delicados encajes son, en realidad, un ecosistema vital para la supervivencia del Caribe multicolor y su muerte significaría su transformación en un mar grisáceo. Que la Laguna de Bacalar preserve su limpieza -es notable la ausencia de esas bolsas de plástico tan típicas de nuestro paisaje? se debe a los esfuerzos de empresarios como Luis Ortiz y de académicos de la Universidad de Quintana Roo, entre otras instituciones.

El entorno geopolítico, la Cuenca del Caribe, vive las transformaciones y contradicciones que están cambiando al mundo. Es bien paradójico que cuando nadie discute la supremacía militar de Estados Unidos, la influencia de la potencia va en declive. En 1895 se cumplieron los objetivos de la Doctrina Monroe porque Washington medió con éxito en una disputa por los límites fronterizos entre Guyana y Venezuela. El secretario de Estado, Richard Olney, aprovechó la ocasión para lanzar una proclama ofensiva: ?Los Estados Unidos son prácticamente soberanos en este continente y su voluntad es Ley en los asuntos? que le interesan. Un siglo después, la Cuenca del Caribe está en disputa y la Venezuela de Hugo Chávez, apalancada en sus ingresos petroleros, tiene más influencia que Estados Unidos en algunos de los países de la Cuenca.

Durante el actual Gobierno, México ha ido perdiendo influencia en la región. Ello se debe a la indiferencia, a una cadena de errores -algunos de fondo, otros de forma- y al vergonzoso trato dado a los migrantes que nos llegan del sur (a este respecto es muy ilustrativo el Informe Especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre Estaciones Migratorias de 2005).

También han perdido el control de la frontera por la falta de coordinación entre dependencias. Impresiona el conocimiento que tiene el Instituto Nacional de Migración sobre lo que sucede con los flujos migratorios... y el escaso impacto que ello tiene en la realidad. En Ciudad Hidalgo, uno de los principales puntos para el cruce legal entre México y Guatemala, las computadoras de Migración mexicana no están conectadas a una base de datos central y eso significa que pueden pasar semanas o meses antes de que se sepa quién entró o salió del país. Aun cuando existiera la voluntad, en estas condiciones resulta imposible prevenir las amenazas a la seguridad o corregir los abusos contra los viajeros.

De acuerdo a algunos especialistas, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, estima en cuatro mil el número de maras en México, pero se carece de una política integral ante este fenómeno de desintegración social y delincuencia. Por otro lado, la coordinación entre autoridades estatales y locales es bastante desigual y depende de las condiciones locales. En Chiapas el Gobierno Estatal está más dispuesto a colaborar con el FBI de Estados Unidos que con las autoridades federales... y el FBI imparte algunos cursos de capacitación a policías de aquel estado. En suma, falta una coordinación acorde a la magnitud de los riesgos a la seguridad.

¿Es el viaje del presidente electo, Felipe Calderón, por América Latina un indicio de que está gestándose una reorientación mexicana hacia el sur? Es posible porque la situación está tan deteriorada que, de acuerdo a algunos especialistas, el Cisen ya ha incluido a la frontera sur en la agenda de riesgos a la seguridad.

Revertir los costos de la indiferencia requerirá de un esfuerzo sostenido y un enfoque integral. Para defender la seguridad debe mejorar la vigilancia de la frontera sin violar los derechos de los migrantes, contener lo mejor posible la llegada de la droga, frenar el deterioro de los recursos naturales y atender la marginalidad y la pobreza tan características del sureste mexicano. Se sabe lo que está pasando con bastante precisión, sólo falta la voluntad y los recursos para transformar el conocimiento en política.

La miscelánea

El panorama descrito puede parecer exagerado. De hecho, se trata de una versión mesurada del panorama descrito por académicos, militares, funcionarios del área de seguridad, empresarios y periodistas durante el seminario internacional la ?Seguridad en la Frontera Sur? organizado por la Universidad de Quintana Roo, el Congreso del estado y el ?Colectivo por la Seguridad con Democracia y Derechos Humanos?. Pueden encontrarse más detalles sobre el programa y los ponentes en la página: www.uqroo.mx

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sergioaguayo@infosel.net.mx

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