Mueren tres atacantes y un policía en manos de fuerzas antiterroristas sirias que lograron abortar el atentado contra la legación diplomática.
EFE
Damasco.- Las fuerzas antiterroristas sirias lograron abortar hoy un atentado de un grupo extremista islámico contra la embajada de EU en Damasco, en una operación que se saldó con la muerte de tres de los atacantes y de un policía sirio.
Según testigos, un grupo de cuatro hombres intentó irrumpir con un coche en el protegido recinto de la embajada lanzando granadas de mano y gritando "Allahu Akbar" (Alá es grande), pero las fuerzas de seguridad mataron a tres de ellos e hirieron al cuarto.
El ministerio del Interior aseguró en un comunicado leído en la televisión siria que los atacantes tenían preparado un coche bomba que no consiguieron hacer estallar y que ya ha sido desactivado.
Sin embargo, un testigo aseguró haber visto cómo dos hombres estacionaron su coche frente a la embajada, descendieron del vehículo, empezaron a disparar contra los centinelas de la entrada y finalmente detonaron la carga explosiva oculta en el coche.
El testigo, que no quiso identificarse, relató que la policía respondió de inmediato a los atacantes y los redujo, poco antes de que decenas de agentes de las fuerzas especiales llegaran a la zona.
Otros testigos también dijeron haber visto un coche de marca "Lancer" totalmente calcinado frente a la embajada, mientras que varios vehículos vecinos tenían las lunas reventadas.
Asimismo, describieron las columnas de humo que ascendían desde la zona tras haber oído numerosas explosiones.
En el tiroteo abierto entre los atacantes y los policías, un guardia sirio de los asignados a la protección de la embajada ha resultado muerto, mientras que otro fue herido, así como un empleado de una compañía privada de seguridad y un tercer policía del interior de la embajada, cuya nacionalidad no ha sido precisada.
El intercambio de disparos fue tan intenso que otras once personas más están heridas, de las que siete son trabajadores de la Compañía Siria de Telecomunicaciones que trabajaban en la zona.
A estos hay que sumar dos ciudadanos iraquíes -de los miles de refugiados que viven en Damasco- y un diplomático chino que se encontraba en la azotea de su embajada y al que alcanzó una bala perdida.
Los atacantes, cuya identidad o nacionalidad no ha sido revelada, pertenecen a un grupo que el ministerio sirio del Interior definió como "takfiri", una rama del extremismo islámico que "excomulga" (es decir, declara infieles) a los musulmanes que no siguen su corriente, y en particular a casi todos los gobiernos del mundo islámico.
En la zona del atentado se sitúan numerosas embajadas, como las de China, Italia e Irak, mientras que el Palacio Presidencial está a solo 150 metros del lugar de los hechos.
La televisión mostró manchas de sangre todavía visibles en la calles y restos de lo que parecían artefactos explosivos usados por los terroristas.
Las relaciones entre Damasco y Washington se han deteriorado considerablemente en los últimos años: EU acusa al régimen sirio de fomentar o tolerar la insurgencia en Irak y de oponerse a la paz palestino-israelí.