Una madre siempre lucha por sacar adelante a sus hijos, aún cuando no tienen un compañero que la apoye
Madre de un niño con capacidades diferentes, viuda de un agente de la Policía Ministerial, Nora Patricia Verdín Ramos, quien cuenta con 32 años, ha sabido salir adelante y darle todo lo que necesita su hijo; hace tres años que falleció su esposo en el cumplimiento de su deber y ahora ella se encarga del sustento de su pequeño y de si misma.
?El hecho de haberme casado con una persona que, primero fue militar, posteriormente estuvo enrolado en la Policía Preventiva y después fue agente de la Policía Ministerial, provocó una constante preocupación al pensar que pudiera perder la vida en la realización de su trabajo, sin embargo, yo lo acepté siempre y con nuestro hijo fuimos muy felices?, comentó Nora Patricia.
Platicó que su hijo tiene actualmente nueve años y padece de parálisis cerebral, desde hace tres años que murió su esposo Silverio Andrade Soria y ella ha tenido que trabajar y llevar a su niño a terapia y a las diferentes consultas que requiere por su enfermedad.
Juan Bernardo Andrade Verdín, es el menor que todo los días va al Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) para recibir terapia y además de ser apoyado por su madre, tiene a su abuela Carmen Ramos, que también ha sabido canalizar sus fuerzas hacia él.
El Siglo de Durango estuvo presente en la casa de Patricia para realizar esta entrevista y fue testigo de cómo madre y abuela del pequeño Juan Bernardo, hacen todo lo posible para que éste tenga lo necesario y no se descuiden las sesiones del menor en los centros de terapia.
Patricia se considera afortunada al tener a su hijo y poseer la fuerza necesaria para salir adelante, aun y cuando su esposo falleció, dice que cada día que pasa y que ve crecer a Juan Bernardo, se da cuenta que su esfuerzo no tiene precio y que está dispuesta a dar todo, como toda madre, por su hijo.
Agregó que cuando ve a su hijo sonreír cuando lo lleva al cine o a pasear por las calles del fraccionamiento San Ignacio, donde vive, se llena de fuerzas para seguir luchando en esta vida, que no la ha tratado del todo bien.
Cuando a ella le avisaron de que su esposo había perdido la vida, narró que precisamente estaba en el CREE, llevando a su hijo a la terapia y en ese momento pensó en como iba a salir adelante con su pequeño, sin embargo, ha sacado las fuerzas necesarias para seguir dándole vida a Juan Bernardo.
La madre del menor, tuvo que ir a terapia con personal especializado de la PGJE, en donde adquirió un estímulo extra que le permitió canalizar sus bríos en su hijo y en ella misma, añadió.
Ella recibió un seguro de vida tras la pérdida de su esposo, y por parte de la Procuraduría General de Justicia también obtuvo apoyo, al ser empleada como secretaria en la Dirección de Averiguaciones Previas, ya que contaba con conocimientos necesarios para ese puesto.
Comentó que su trabajo es por las noches y sale a las 8:00 de la mañana, teniendo que llevar a Juan Bernardo a las 8:30 a las instalaciones del CREE par su rehabilitación, después de llevar a su hijo a la terapia, Patricia se encarga de las labores propias del hogar y en las tardes, antes de irse a trabajar, lo lleva al cine, se ponen a ver la televisión y le da una vuelta por las calles del fraccionamiento.
Al cuestionarla sobre lo difícil de realizar todas estas actividades, ella contestó que no considera que sea pesado hacer todo este trabajo en beneficio del niño, sino al contrario, daría su vida por él.
CARITA
Accidente
Silverio Andrade Soria, quien tenía 28 años al momento de morir, fue elemento del Ejercito Militar Nacional, durante cuatro años, posteriormente estuvo en la Policía Preventiva por tres años y al final, cuando murió, pertenecía a la Policía Ministerial del Estado de Durango.
Él perdió la vida en el cumplimiento de su deber cuando acudió a un llamado, donde se había electrocutado un joven y al acercarse al cuerpo, recibió una descarga de tres mil voltios, sobre su cuerpo, dejando de existir instantáneamente.