El primer ejecutado murió ante su familia y el resto en una emboscada; falta un cuerpo
A final de cuentas, fueron ocho los ejecutados en el municipio de Tamazula y hay tres heridos que están recibiendo atención médica en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en relación con la emboscada que se registró el pasado martes en las inmediaciones del poblado El Guamuchilito, perteneciente a Tamazula, dentro de las pugnas de dos grupos que operan en esa zona, presuntamente por motivos de narcotráfico, según in formaron autoridades del citado municipio.
La información publicada ayer por este medio de comunicación consignó el primer reporte de la Policía Ministerial, donde señalaba que eran seis las personas fallecidas en el lugar conocido como La Chacala, mismas que habían coincidido en un velorio con integrantes de una familia de la localidad, y de ahí se originó el enfrentamiento.
De acuerdo con autoridades del municipio de Tamazula, que por cuestión de seguridad pidieron que se guardara su anonimato, se conoce que fue una emboscada en la que perecieron siete sinaloenses, sin que hasta ahora se haya encontrado uno de los cuerpos, sumados a uno más que, dos días antes, había sido acribillado enfrente de su familia, dando a conocer también que hay tres personas heridas en Culiacán, a raíz de los mismos hechos.
La primera ejecución se suscitó el domingo, cuando Víctor Ríos se encontraba en el lugar conocido como La Chacala, en compañía de su familia, y hasta ahí llegaron varios sujetos y prácticamente lo destrozaron con rifles AK-47, llamados ?cuernos de chivo? y, al parecer, de acuerdo con las declaraciones del titular de la Policía Ministerial, Rosauro Meza Sifuentes, uno de los sietes fallecidos era hermano del inicialmente acribillado.
De manera extraoficial, se conoció que del poblado El Guamuchilito venían bajando los ahora occisos, cuando los agresores ya los esperaban, abriendo fuego de inmediato con rifles AK-47 y R-15, dejando el saldo mencionado.
Los occisos identificados son Artemio Ríos Félix, de 38 años; Felipe Corrales Arredondo, de 34; Alfonso Siqueiros Meza, de 35; Silvia García Moreno, de 25; Pablo Estrada García, de 45, y su hijo Isidro Estrada Barraza, de 24, y se habla de Julián Arredondo, pero aún no han encontrado su cuerpo.
Meza Sifuentes agregó que Isidro y Pablo Estrada fueron señalados como participantes en la emboscada registrada el pasado junio del 2003, donde seis agentes de la Policía Ministerial fueron ejecutados.
Según versiones extraoficiales, entre las víctimas se encuentra un piloto aviador, aunque se desconoce si trabajaba para alguna corporación policiaca estatal o federal o si su empleo era de carácter privado.
El lugar de los hechos se ubica a 80 kilómetros de Culiacán, Sinaloa, hasta donde fueron trasladados los tres heridos y como es conocida nacional e internacionalmente, esta región es utilizada por los cárteles del narcotráfico para el cultivo de enervantes, sobre todo marihuana y amapola.
Estadísticas ?negras? en Tamazula
Tamazula ha sido el municipio que más ejecutados ha aportado a las estadísticas estatales; hace menos de tres años, los agentes de la Policía Ministerial Jesús González Franco, de 36 años; José Reyes García Rojas, de 35; José Ascensión Bueno Valenzuela, de 38; José Ángel Alvarado Rojas, de 34; José Luis Chávez Martínez, de 33, y Cristóbal Rodríguez Barrón, de 32, murieron al ser prácticamente rociados con balas de armas ?cuerno de chivo? AK-47, y R-15 en el paraje conocido como El Vado, del poblado La Chacala.
Los primeros meses del año son los que arrojan más ejecuciones en el municipio citado, en el 2005; se registraron mínimo diez que, a decir de las autoridades, fueron por rencillas familiares o por cuestiones de tierras, comprobándose después que muchas de estas muertes estaban ligadas con el narcotráfico.
En enero del 2005, dos sinaloenses fueron acribillados con fusiles AK-47 de los llamados ?cuernos de chivo? en el municipio de Tamazula, cuando viajaban a bordo de una camioneta. Sus cuerpos fueron llevados al anfiteatro de Culiacán, Sinaloa, para la práctica de la necropsia de ley.
La emboscada ocurrió cuando Luciano Torres Ramírez, de 27 años, y Leopoldo Leyva Félix, de 49, viajaban a bordo de una camioneta Ford, tipo Lobo, de color verde oscuro, de modelo reciente.
En febrero del año pasado, seis trabajadores de un aserradero, en el paraje de Pinazola, perteneciente a San José de Viborillas, Tamazula, fueron recostados boca abajo para ser ejecutados por supuestos gavilleros, utilizando armas de grueso calibre.
En abril, dos hermanos, Servando y Celestino Monárrez Nava, de 17 y 20 años de edad, respectivamente, fueron ejecutados en el ejido Potreros, ahí mismo en Tamazula.
Y así como estos casos se vieron más, en los que la autoridad, en su momento, presentó un notorio hermetismo para declarar sobre las causas de estas ejecuciones.