Hoy que se habla mucho de modernidad democrática deberíamos estar tentados a definir un perfil ideal que caracterizara al funcionario público: sentido de la responsabilidad; de la honradez; de la honestidad; de la humildad; de la transparencia; de la prudencia; y?mejor le paramos porque parecería que estamos escribiendo una carta a los Reyes Magos.
Nos llevaría mucho espacio comentar con usted sobre las características observables de nuestros funcionarios públicos; sin embargo, es muy pertinente compartir con usted algunas reflexiones sobre su comportamiento, que ha quedado ejemplificado recientemente. Como usted sabe, las cifras sobre el estancamiento económico y social han sido ampliamente documentadas a lo largo de los años. Particularmente en lo que se refiere a esta administración hemos comentado algunas de ellas.
En los últimos meses dos variables clave han tenido un comportamiento atípico, por decirlo así, en relación a los cinco años anteriores de este sexenio: el crecimiento económico y el empleo. En el primer semestre el PIB se incrementó en 5.1 por ciento y lo nuevos empleos registrados en el IMSS andan cerca de los 700 mil. Reiteramos, ambas cifras contrastan notablemente con lo registrado en los años anteriores, en donde ambas variables han estado muy por debajo.
Hemos comentado con usted que con los números se pueden hacer muchas cosas, desde presentar panoramas verídicos de una situación, hasta tratar de argumentar falacias y realidades inexistentes. En los últimos casos nos encontramos con algunos funcionarios públicos.
Lo menos que se les ha ocurrido es tener una actitud triunfalista ante las recientes cifras, olvidándose por completo que éstas ni de lejos cumplen las promesas de crecimiento y empleo que hizo el presidente saliente. Pero, lo que es peor, el Secretario del Trabajo señala que este año es el mejor de la historia en la creación de empleos. Juzgue usted. Los números oficiales señalan que los empleos fijos se redujeron del 2000 a la fecha; por otro lado, la mayoría (85 por ciento) de los empleos creados en el periodo son eventuales, lo que quiere decir que pronto se terminarán, ya no hablemos de su calidad. Es muy posible que muchos de ellos estén relacionados con la construcción, que se vio impulsada por la inversión pública en infraestructura en este último año de gobierno, y electoral.
El secretario de Hacienda, que también se une a la euforia por los empleos, dice que, con ?datos duros? puede probar que el nivel de bienestar de la población se ha incrementado, mientras que hay indicios razonables de que el ocultamiento por parte del INEGI de los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares se debe a que se registró un aumento de la pobreza. Los salarios reales retrocedieron en alrededor del 20 por ciento.
Ahora, si el señor secretario se refiere a que el aumento del consumo de electrodomésticos es un indicador de la disminución de la pobreza, pues entonces ahí hay un punto sobre el que los expertos tienen que decir mucho. En todo caso habría que recordar que debido al ritmo sostenido de incremento de las remesas, de 20 por ciento, se estima que este año ingresen unos 24 mil millones de dólares que, como usted sabe, en lo fundamental sirven para apoyar el consumo de las familias. De manera que hay estimaciones que como resultado de ello 5 porcentuales del consumo privado dependen de las remesas, no de decisiones de política económica interna. La cuestión de la calidad del crecimiento es otro punto sobre el que hay que fijar la lupa. Uno de los factores impulsores del PIB ha sido el incremento en las exportaciones manufactureras, principalmente automotrices, hacia Estados Unidos. Como sabemos, existe la perspectiva de que la economía estadounidense disminuya su ritmo de crecimiento, según el amplio consenso de los analistas, lo que vendría a afectar este tipo de exportaciones. Amén de que el éxito exportador no se ha reflejado en mayores empleos, sino todo lo contrario, la pérdida de fuentes de trabajo en el sector manufacturero interno. Esta es una de las características del ?crecimiento mediocre? del que tanto se ha hablado últimamente.
No me mal interprete, en este mar de noticias desalentadoras en materia económica es bueno saber que hay un comportamiento positivo. Lo que se está cuestionando es la actitud de los funcionarios queriendo hacer ver como si esa hubiera sido la tónica del sexenio, o si con ello se borrará el resultado en su conjunto. Lo más preocupante del caso es que uno no sabe si verdaderamente los funcionarios creen en sus declaraciones, o se trata del comportamiento tradicional de negar la realidad para ocultar los fracasos. En cualquiera de los casos que podamos estar, reiteramos, es preocupante porque ese es precisamente el perfil de funcionario público que el país no necesita. Este es un cambio, de fondo, estructural diríamos, urgente. ¿Será el relevo en los poderes una ocasión para ello? ¡No nos vayan a salir otra vez con ?gabinetazos?! Hay tareas.
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