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Ganadería duranguense/Archivo adjunto

Luis F. Salazar Woolfolk

El próximo lunes tendrá lugar la reunión de la comisión binacional, que analizará el problema que implica el cierre de la frontera con Estados Unidos, al ganado vacuno de origen en el Estado de Durango.

El cierre de la frontera deriva de la falta de control sanitario en la vecina y hermana entidad, tanto por la falta de vigilancia de las autoridades, como por falta de voluntad cívica y apatía de la generalidad de los productores y por verdadero interés y conveniencia de algunos grandes compradores locales de ganado para el abasto, que tienen en los precios que se pagan allende el Río Bravo, una competencia que han contribuido a eliminar de la peor de las formas, por la vía del sabotaje a la exportación.

La raíz del problema, reside en que años atrás la Secretaría de Ganadería, Agricultura y Desarrollo Rural de Durango, abdicó del deber de vigilancia que le es propio, y delegó la función en las asociaciones ganaderas, las cuales nunca tuvieron los medios ni la fuerza política que se requiere para una labor que por naturaleza compete al sector gubernamental.

La situación referida abrió las puertas al tráfico indiscriminado de ganado procedente de zonas tropicales portador de enfermedades, y al asentamiento de establos en áreas comprendidas dentro de la zona de protección reservada a la cría del ganado de carne, lo que generó diversos puntos de propagación de tuberculosis.

El cierre de la frontera que significa una pérdida de ingresos para los criadores estimada en doscientos veinticinco millones de pesos anuales, ocurre curiosamente en beneficio de un grupo minoritario de especuladores que ante la cancelación de la expectativa de exportación, controlan el mercado local a bajos precios en beneficio propio y en detrimento del sector en su conjunto.

Este peligroso panorama que constituye un botón de muestra respecto al proceder destructivo de los distintos protagonistas de este sector, corresponde a otros ejemplos de falta de solidaridad en las cadenas productivas, que ha llegado a sentar una regla en la sociedad mexicana. Resulta obligado que el gobernador Ismael Hernández Deras y los productores, reaccionen en aras de restablecer el control sanitario y recuperar la alternativa exportadora.

El viernes próximo tendrá lugar en La Zarca una asamblea de los ganaderos de Hidalgo, Durango, que integran un grupo productivo emblemático de la ganadería duranguense en la región norte de la entidad, particularmente vinculada a la Comarca Lagunera por virtud de relaciones de productividad y de mercado.

En esa reunión en la que se habrá de renovar el comité ejecutivo de la Asociación Ganadera con sede en Hidalgo, se analizará la situación general de la ganadería del estado y en particular el problema relativo al cierre de la frontera.

De la participación activa de los ganaderos en la exigencia frente a la autoridad, y en arrostrar la responsabilidad que a ellos compete, depende el futuro de la ganadería de Durango.

lfsalazarw@prodigy.net.mx

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