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Génesis de una carrera de comunicación

Juan de la Borbolla R.

El pasado ocho de julio se llevó a efecto la graduación de la primera promoción de la carrera de Comunicación de la Universidad Panamericana, campus Guadalajara.

Quizá este hecho no sea en sí una noticia, dada la gran cantidad de escuelas de Comunicación que existen en la región, por lo que incluso más de alguno podrá argüir con razón: ¿otra carrera más de comunicación? ¿dónde encontrarán trabajo tantos egresados de dicha licenciatura?

Eso mismo fue lo que motivó que el anhelo albergado por tantos años de muchos profesionales de la comunicación que intervinieron en el diseño, promoción e implantación de esta nueva carrera considerara prudentemente la conveniencia de su puesta en marcha sobre la base de la saturación que se contempla en los egresados de esta carrera en el ámbito laboral.

Pero con el apoyo de importantes escuelas y facultades de comunicación de Estados Unidos, Europa, Sudamérica y Filipinas se diseñó un plan de estudios en el que los cuatro primeros semestres buscaron “amueblar la cabeza” de los jóvenes que ingresaban con todo entusiasmo a estudiar el apasionante mundo de la comunicación mediante la impartición de materias de filosofía, arte, cultura, historia, literatura y redacción, que buscaran ordenar conceptos y generar pensamiento sólido; a fin de cuentas desarrollar contenidos comunicables a los que se les sepan dar la forma elocuente y creativa que los maravillosos instrumentos técnicos existentes en nuestros días hacen cada vez más espectaculares de producir, con relativamente menos dinero y menor dificultad técnica en su implantación.

Con la intención a fin de cuentas de crear contenidos comunicables a partir de una visión reflexiva inteligente, lúcida ética e imaginativa que no le tenga miedo a la verdad, como tampoco al medro o al falso prestigio y que huya del recurso fácil de la vulgaridad, la superficialidad, la apuesta por la mentira o la media verdad pintada preciosistamente para pretender esconder la falsedad que en sí misma posee.

La segunda parte de la carrera procuró crear en los 27 alumnos graduados una visión de auténticos empresarios de la comunicación: de hombres y mujeres que independientemente de que monten su propio negocio, sepan emprender con audacia y categoría su propio proyecto de vida en el difícil pero apasionante mundo de la comunicación social.

El pensamiento sólido generado por el estudio esforzado, las lecturas, el diálogo profundo y creador con sus profesores; en suma el “amueblamiento” de su cabeza, se pretende sea a fin de cuentas lo que les permita distinguirse de aquellos otros colegas, dueños quizá de un talento innato, mucha inspiración, pero muy poca disciplina, laboriosidad y ética profesional.

De los 27 graduados cinco de ellos cursaron un semestre en universidades de gran prestigio con las que se mantiene un convenio activo como lo son Western Illinois, North of Texas o el Sacro Cuore de Milán, con todo lo cual se perfila un licenciado en Comunicación con rasgos distintivos propios para afrontar el reto de ser confiables en esta era de la comunicación.

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