Pide el mandatario venezolano se juzgue a los responsables israelíes de la guerra en Líbano; descarta reunirse con Jezbolá aunque no descarta una visita a Siria.
EFE
Pekín.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó hoy de "genocidio" el cometido por Israel en el Líbano "y sus responsables deberían ser juzgados por un tribunal internacional".
Sin embargo, dejó claro que no tiene planes de reunirse con los líderes de Jezbolá ni ir por ahora a Siria, pero añadió: "Aunque desde hace dos años tengo una invitación para visitar ese país hermano sin haber podido precisar fechas".
"Es probable que vaya en algún momento a Siria. Es un país hermano con quien deseamos profundizar nuestras relaciones diplomáticas", dijo.
"Ellos (los israelíes) critican a Hitler, pero han hecho algo casi peor. Hay que decir 'al pan pan y al vino vino'", manifestó ante los periodistas en Pekín, donde hoy se reunió con el primer ministro chino, Wen Jiabao.
"Bajo la excusa del secuestro, lamentable por cierto, de dos soldados, lanzaron una agresión injustificable de fascismo e ira desatada contra un pueblo, al que enviamos nuestra solidaridad como al mundo árabe con el que nos unen tantos afectos y sueños", comentó.
"Instamos al pueblo de Israel y al mundo a que no apoyen a Gobiernos que hagan lo que ha hecho", destacó tras reiterar que enviaba su condena y solidaridad con los agredidos.
"Al fin, aunque tardía, hubo una resolución del Consejo de Seguridad que espero se cumpla. Apoyamos a la ONU pues la queremos fortalecida así como al Consejo de Seguridad, de ahí nuestra insistencia en ser miembros no permanentes", añadió.
"Nuestro plan es apoyar un mundo multipolar y todas las causas a favor de la justicia y la paz", concluyó.
Venezuela e Israel han congelado sus relaciones después de que Chávez ordenase la retirada de su representante diplomático en aquel país como protesta por la invasión del Líbano, por lo que el Gobierno israelí llamó a su embajador en Caracas.
Piden dimidión de Olmert
Familias de soldados que perdieron la vida en los combates con la milicia libanesa de Jezbolá se unieron hoy a miles de reservistas que exigen una investigación judicial de la actuación del Gobierno israelí y la dimisión del primer ministro Ehud Olmert, por los fallos cometidos durante los enfrentamientos.
Las manifestaciones, que comenzaron esta semana tras el regreso de los reservistas que intervinieron en la ofensiva contra Jezbolá, se intensificaron este jueves frente a la sede del Gobierno y el Palacio de Justicia, en Jerusalén.
Los reservistas denuncian a sus jefes por falta de idoneidad e indecisión, por recibir órdenes contradictorias y carecer de los equipos adecuados para el combate, e incluso por falta de alimentos.
Los padres de uno de los soldados muertos, el sargento Rafael Moskal, amenazaron a Olmert con una huelga de hambre delante de su despacho si no dimite en un plazo de cuatro días.