Señalan que el evento pasó "sin pena ni gloria" por la desorganización que prevaleció.
AGENCIAS
NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS.- Con menor participación que en ediciones anteriores concluyó ayer en Nuevo Laredo, ciudad fronteriza la VI Cabalgata Unidos en sus Tradiciones, en la que los gobernadores de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas estuvieron ausentes en el cierre por motivos de seguridad.
Acompañados de poco más de cinco mil jinetes y del gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, los mandatarios de Nuevo León, Natividad González Parás y de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores cabalgaron desde el Rancho Don Vidal por más de cuatro horas.
Antes de llegar a la Explanada de la Policía Municipal, meta del evento, los mandatarios se separaron del contingente para abordar una camioneta bajo un estricto dispositivo de seguridad y sin hacer declaraciones.
Francotiradores de los gobiernos de Tamaulipas y Nuevo León se apostaron en los edificios aledaños al lugar donde terminaría el último tramo de la cabalgata triestatal.
Hernández Deras se incorporó ayer a la cabalgata, que en su segunda etapa se realizó del rancho Don Vial a esta ciudad fronteriza, con un recorrido de 20 kilómetros.
Dos días antes, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, decidió no participar en la cabalgata por considerar que era más importante reunirse con los familiares de los mineros fallecidos en la mina Pasta de Conchos, por lo que en su lugar participó el secretario de Gobierno, Óscar Pimentel.
PARTICIPAN MÁS DE CINCO MIL JINETES
Los más de cinco mil jinetes que participaron en esta sexta edición de la cabalgata Unidos en sus Tradiciones arribaron a esta frontera pasadas las 13:00 horas.
Cientos de familias se dieron cita frente a los terrenos donde se ubica el edificio de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, donde culminaría el recorrido, quienes se quedaron esperando el mensaje que tradicionalmente ofrecían los mandatarios anfitriones.
Los jinetes procedentes de los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, conforme arribaban a la explanada se retiraban, ya que un anunciador daba por terminado el evento.
Sin preámbulos, un solitario locutor quien animaba la fiesta de este cierre de cabalgata, fue el que despidió a los jinetes que cumplieron cabalmente con el recorrido final de los 53 kilómetros, así como al público asistente.
En esta ocasión destacó la presencia de un grupo de jinetes de la tercera edad y otros que viajaban en carretas provenientes del municipio de Miquihuana, Tamaulipas y con edades entre 60 a 80 años.
El último tramo de la ruta, desde el rancho Don Vidal hasta los terrenos del edificio de Seguridad Pública de Nuevo Laredo, fue el más vigilado, ya que a lo largo de este trayecto, unidades de seguridad de las dos entidades, con hombres fuertemente armados y protegidos con chalecos antibalas, vigilaban el recorrido de los mandatarios.
La sexta edición de la Cabalgata Unidos por sus Tradiciones fue calificada por algunos jinetes, funcionarios y público como una cabalgata que ?pasó sin pena ni gloria?, pues inició con desorganización y así concluyó.
