MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- En 25 años de viajes al espacio, los transbordadores han permitido grandes avances científicos y tecnológicos, así como experimentos acerca de los efectos biológicos que trae como consecuencia la ausencia total de la gravedad; la germinación y desarrollo de organismos fuera de la Tierra, dice el científico mexicano Rafael Navarro. Además de investigaciones para ver cuánto tiempo podrían sobrevivir algunos organismos, en particular las bacterias, en condiciones interplanetarias, y estudios en medicina espacial, abunda.
Hace 25 años, el 12 de abril de 1981, inició la carrera de esas naves, diseñadas por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), de Estados Unidos, y que a diferencia de sus antecesoras, como las Apollo, pueden reutilizarse.
Hasta la fecha se han construido cinco transbordadores que han realizado un total de 114 misiones. El que ha hecho más viajes al espacio en toda la historia ha sido el Discovery, con 31; le sigue el Columbia, con 28 -fue el que empezó a trabajar en 1981 y dejó de operar tras el desastre de 2003-. el Atlantis ha realizado 26 vuelos; el Endeavour se ha utilizado en 19 misiones, y el Challenger, que fue uno de los primeros, tuvo un accidente y quedó destruido en 1986, llevó a cabo 10 misiones.
Y aunque la tragedia del Columbia en 2003 -donde perdieron la vida los siete tripulantes- y las averías del Discovery en julio de 2005 cuando salía de la Tierra, provocaron fuertes cuestionamientos a futuras misiones, la NASA ha anunciado que en julio emprenderá la siguiente misión con el Discovery, además de que ya tiene preparada una segunda generación de transbordadores.
Seleccionado por la NASA para formar parte de la misión robótica Mobile Mars Science Laboratory (MSL), un laboratorio que estará en suelo marciano en 2009 y que podría responder si existe o existió alguna vez la vida en ese planeta, Rafael Navarro destaca especialmente en la historia de los transbordadores los adelantos en cuanto a experimentos científicos y tecnológicos:
"Se han realizado grandes avances en cuestiones espaciales, han servido para la construcción de la Estación Espacial Internacional. Con ellos se han probado nuevos proyectos en el espacio y se han puesto en órbita instrumentos que sirven para la investigación espacial".
Más allá de los problemas en los despegues de las naves -se produjo el desprendimiento de losetas de la parte inferior de la nave a consecuencia del calor extremo durante el lanzamiento; este fue el origen del accidente de 2003 y el mismo tipo de desperfecto debió repararse en 2005 en el Discovery-, uno de los inconvenientes es que siguen operando con una tecnología de los años 70.
"Las misiones entraron en operación en 1981 y han trabajado 25 años sin ningún cambio significativo en la tecnología. De ahí que la NASA tiene programada una segunda generación. Esta nueva tecnología permitirá llevar al hombre primero a la Luna y después a Marte".
Navarro explica que integrando las tecnologías del programa Apollo, se intentan crear nuevas misiones en las que los transbordadores sacarán a las naves espaciales en órbita y de ahí serán enviadas a la Luna, tripuladas por humanos.
"Después de esa experiencia el objetivo es que para 2020 o 2030, mandemos a los primeros hombres a Marte. Se calcula que esta misión será sacada de la órbita terrestre con la segunda generación de transbordadores".
La salida de la segunda generación de estas naves está programada para dentro de cinco años aproximadamente.
En contraste con años como 1992 cuando se realizaron ocho misiones o con las nueve de 2002, desde 2003 a la fecha sólo se han llevado a cabo dos viajes.
La disminución de misiones no ha puesto en riesgo a la Estación Espacial Internacional porque Rusia tiene otro sistema de transbordadores. Adicionalmente, la Agencia Espacial Europea está a punto de sacar sus propios transbordadores.
"La diferencia básica del transbordador de la NASA con los de Rusia y la Agencia Espacial Europea es el tamaño y la capacidad de carga. Es mucho mayor la capacidad de carga y tamaño de los de la NASA. Esos beneficios se van a ver aún más plasmados en la segunda generación ya que se tiene programado tener dos transbordadores, uno diseñado para carga, con una capacidad sumamente mayor, pero también tendrían otro especialmente diseñado para transportar a los astronautas".
No hay que desestimar la importancia de estas naves para el futuro: "La siguiente generación de transbordadores va a ser muy importante para la colonización que podría tener el hombre en la Luna y Marte, parece que habláramos de ciencia ficción, pero la Luna se nos va a presentar con grandes alternativas porque hay una gran cantidad de minerales que, aunque también están en la Tierra, son de difícil acceso y en la Luna los podemos obtener más fácilmente para traerlos o inclusive utilizarlos para construcciones de las colonias de humanos que se van a asentar allí y en Marte.
Navarro concluye "estamos entrando a una nueva era en el espacio en la que el hombre dejará su planeta para comenzar a colonizar nuevos ambientes planetarios. Se programa que llegue a la Luna en la siguiente década y para el 2020 ó 2030 los primeros astronautas estarán en Marte; para entonces tendremos una colonia en la Luna".
