Guillermo Franco asegura que su corazón es mexicano y dejará todo en la cancha ante cualquier adversario. Incluso contra su natal Argentina, que se asoma como posible rival en la segunda ronda.
GELSENKIRCHEN, ALEMANIA
AP
El argentino naturalizado suma apenas nueve choques con la "verde" de México, que hoy deberá arrancarle al menos un punto a Portugal para avanzar a los octavos de final.
De clasificar el "Tri" a la siguiente ronda, Franco podría formar parte de la artillería mexicana ante Holanda o Argentina, los dos posibles rivales del Grupo C.
"Me han preguntado eso mil veces. Yo estoy pensando en México, tengo el corazón en México y si tengo que enfrentar a Argentina me da igual que enfrentar a Holanda", declaró Franco.
El "Guille" Franco, originario de la provincia Argentina de Corrientes, llegó en el 2000 a los Rayados del Monterrey y fue máximo goleador en el torneo Apertura 2004. Sus hijas Chiara María y Camila Abril nacieron en México.
Fichó a mediados de enero con el "Submarino Amarillo" del Villarreal español, donde se reunió con el técnico chileno Manuel Pellegrini, su entrenador en el fútbol argentino.
"Eso no hay problema", respondió el delantero tras ser consultado sobre el poderío mostrado por Argentina en la primera ronda. "Estamos pensando en México y si nosotros estamos bien podemos pelearle a cualquiera".
Indicó que ganarle el miércoles a Portugal es importante por "lo anímico, la confianza que te da ganar a un rival como Portugal".
Franco, que aún no ha anotado en su primer mundial, es uno de los dos naturalizados que trajo México a Alemania, junto con el volante brasileño Zinha.
Es también uno de los cuatro jugadores mexicanos que militan en el extranjero, junto con el capitán y zaguero del Barcelona Rafael Márquez, el delantero Jared Borgetti del Bolton inglés y el zaguero Claudio Suárez, del cuadro estadounidense Chivas USA.
