EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Hace casi diez años, Mayra Ortiz comenzó a descubrir sus habilidades para dibujar y escribir mensajes reconfortantes y lo que comenzó como un pasatiempo hoy día es una pequeña empresa de tarjetas.
?Yo había hecho algunas tarjetas para mis chicos y para mi familia? , dijo Ortiz. ?Pero en el portafolio tenía bastantes diseños que al verlos mis amigos comenzaron a animarme (para hacer tarjetas para vender)? .
Debido a que el padre de sus hijos falleció después de cinco años batallando contra el cáncer, Ortiz comenzó a buscar la manera en cómo generar ingresos para la familia y empezó a hacer tarjetas para fiestas familiares.
Jerry Kohn, socio empresarial y compañero de Ortiz, sugirió hace dos años que los diseños deberían de lanzarse a una escala mayor.
?Porque todo lo que hay (en el mercado de tarjetas en español) son diseños demasiado anticuados? , afirmó el encargado de comercialización. ?Y yo vi su trabajo y le dije: esto podría ser algo bien bonito con diseños que sean nuevos, frescos, vibrantes y con pasión? .
Esas ideas se materializaron a mediados del 2005 cuando imprimieron la primera línea de tarjetas para cumpleaños, el día de San Valentín, día de las madres, quinceañeras, bodas, bautizos, primeras comuniones, nacimientos y otros.
?Al principio eran como 15 diseños y ahora son como 300? , indicó Kohn, cuya nacionalidad es israelí. ?Para el tema de navidad tenemos como 56 diseños; pero hemos tratado de cubrir cada celebración de la comunidad hispana? .
El primer año vendieron alrededor de 50 mil dólares. Y en los primeros 6 meses del 2007 esperan haber triplicado el monto de las ventas iniciales. Ortiz, quien ha trabajado en la producción de cine para Buena Vista Pictures y Walt Disney, explicó que para diversificar el producto hay tarjetas con mensajes en inglés al igual que en español. ?Y cada mensaje lleva su respectiva traducción en la parte de atrás? , indicó.
Kohn, por su parte, señaló que ?en las tarjetas de Hallmark, American Greetings o Blue Mountain los mensajes en inglés simplemente los traducen al español. Y no llevan el toque latino? .
Las tarjeta de Ortiz se distribuyen en varios supermercados y tiendas de regalos de gran afluencia hispana en el sur de California y en algunos estados de la unión americana. Los supermercados Liborio?s en Los Angeles distribuyen las tarjetas. Enrque Alejo, propietario de la cadena de tiendas dijo que las tarjetas de Mayra Ortiz tienen bastante aceptación en el mercado hispano.
?Al público le gusta la tarjeta porque la señora hace un arte bien bonito? , destacó y explicó que en su negocio tienen como política apoyar las iniciativas y los productos de hispanos.
En San Miguel de Allende, Guanajuato, México también se venden las tarjetas. Nadia Franco, vendedora de la tienda La Casa de Papel, dijo a Efe que ?las tarjetas de Mayra Ortiz son las favoritas. De cada diez tarjetas que se venden ocho son de ella? .
La encargada del negocio subrayó que el volumen de ventas es ?porque son únicas y especiales? . El precio por unidad es de tres dólares.
Francó reveló además que los extranjeros en San Miguel de Allende compran bastante la tarjeta en la que aparece en la portada la parroquia del pueblo, ?porque ellos se la envían a sus amigos americanos? .
Ortiz, quién dirige la empresa desde su casa en Woodland Hills, California, indicó que las únicas tarjetas que ha visto parecidas a las que ella produce ?son líneas especializadas de algunos artistas. No son líneas con la basta selección dirigida a las masas que nosotros tenemos? .
?Ahora estamos pensando crecer internacionalmente y hay tanto espacio para crecer? , finalizó.
Tradición que se pierde
Jesús Flora Rubio ha sido impresor durante 40 años y reconoce que los últimos diez años han sido los más difíciles para el oficio, pues la gente poco a poco ha dejado de recurrir a las imprentas. Específicamente asegu ra que de 1996 a la fecha, por ejemplo, la impresión de tarjetas de navidad se ha caído 85 por ciento. ?Imagínese, hace diez años fácilmente imprimía yo solo 30 mil tarjetas; ahora, si bien me va hago unas tres mil 500?.
Él explica la situación al referir que la gente ?ya perdió esta tradición, y si además le echamos otro poco de competencia de la internet, pues sí que estamos mal?.
La imprenta, ubicada en el centro histórico de la ciudad de Querétaro, ya no tiene los anaqueles que apenas hace un par de años lucía; tampoco tiene el exhibidor de tarjetas de navidad que todavía utilizó hace tres años.
Ahora, los modelos de las tarjetas están dentro de sus respectivas cajas, ya no tienen un sitio especial. Las diversas leyendas que se imprimen en ellas, se encuentran escritas en una hoja tamaño carta que también está sobre el mostrador.
?A comparación de lo que antes se vendía, ya no es lo mismo; será diez o 15 por ciento, cuando mucho, lo que se vende en comparación con 1997 ó 1998?.
Flora Rubio afirma que en aquellas épocas se vendía tanta tarjeta que año tras año instalaba un pequeño puesto ambulante a la salida de los centros comerciales y no se daba abasto.
?Pero ya no es igual que antes. Está bajando porque ya muchas personas en lugar de mandar hacer los trabajos a la imprenta, los sacan de su misma computadora y ahí mismo imprimen?.
A pesar de la situación, Jesús Flora afirma que todavía se puede vivir de la imprenta pues aún tiene pedidos de tarjetas de presentación, invitaciones a fiestas e impresión de facturas y documentación fiscal.
Jesús Flora opina, al igual que Teresa García García, que a esta tradición le ganó la modernidad reflejada en la internet.
García García vive en el municipio de Tequisquiapan y a pesar de que desde hace seis años no recibe una sola tarjeta de navidad, ella viaja a Querétaro cada diciembre única y exclusivamente a encargar le elaboren un ciento de este tipo de trabajos.
