En Chile, pocos saben que la fiesta recuerda a Valentino, un sacerdote católico que en el siglo tercero después de Cristo desafió la prohibición de celebrar casamientos dictada por el emperador romano Claudio III, quien anhelaba tener sólo soldados solteros.
El sacerdote continuó celebrando en secreto matrimonios entre jóvenes enamorados, por lo cual fue enviado a prisión y condenado a muerte.
Pero la historia de Valentino y de los milagros que se le atribuyen, no parecen ser de mayor interés para el comercio chileno, que ve en la fecha sólo una ocasión propicia para incrementar sus ventas. Los hoteles y restaurantes hacen su oferta de menús especiales, con platos supuestamente afrodisíacos o sugerentes, velas, champagnes, música ambiental, e incluso alojamiento, para incentivar el romance.
En Argentina, la situación es similar. Aunque restaurantes y florerías realizan promociones por el Día de San Valentín, la festividad no ha contagiado mayormente a los argentinos, porque celebran por todo lo alto el Día del Amigo cada 20 de julio.
El caso de Colombia, es particular, pues no celebra San Valentín en febrero, pero se encarga de alegrar a los enamorados del mundo, con la exportación de millones de flores a Estados Unidos, Europa y América Latina. Colombia celebra a los enamorados en septiembre. Es quizás en Perú en donde el Día de los Enamorados está más arraigado entre la población.
, aunque al igual que en otros países, una lluvia de ofertas musicales, comerciales y rebajas en hoteles y restaurantes saturan a los peruanos.
