EFE
CANNES, FRANCIA.- Los Mutantes de X-Men llegaron ayer a Cannes, por primera vez, para convertirse en uno de sus eventos más mediáticos y compartir cartelera de gala con el El Caimán, de Nanni Moretti, cuyo estreno presenciaron la comisaria Viviane Reding y una quincena de ministros de Cultura.
La competencia será inevitablemente desigual, pues la de los extraños, poderosos, bondadosos o maléficos Mutantes se anuncia como una de las más prometedoras ascensiones por las escalinatas rojas del Palacio de los Festivales de esta 59 edición.
La plantilla Mutante estará al completo, encabezada por el británico Ian McKellen, aquí Eric Lehnsherr/Magnéto, protagonista de El Señor de los Anillos y de El Código Da Vinci y conocido defensor de los derechos de los homosexuales.
Le acompañará su compatriota, y también distinguido intérprete de textos de Shakespeare, Patrick Stewart, el famoso Jean-Luc Picard de Star Trek, pero, hoy en el papel de fundador de los X-Men y más conocido como Charles Xavier, o El profesor X.
La trilogía se termina, según prometió en rueda de prensa el director de la última entrega, Bret Ratner, porque ?me dijeron que si continuaba con esta película necesitaría guardaespaldas hasta el fin de mis días?.
Sin embargo, a juzgar por el final, que, por supuesto, es mejor no desvelar, algo de este ?universo? podría sobrevivir y darse ?otra cosa, con otro título?, por ejemplo Profesor X, dijo.
Todos los actores dijeron ser felices por la suerte de trabajar en este filme, incluida Rebecca Romijn, pese al insoportable maquillaje azul de Mística, y la fragilidad de su indumentaria, aunque, estoicamente, ?no se quejó nunca?, ratificó Ian McKellen.
Preguntada por el inquietante poderío de su personaje Jean/El Fénix, Famke Janssen, muy seria, explicó que ?desgraciadamente venía de ella misma?.
?Tengo que cavar hondo para lograrlo?, es un personaje bifurcado con pasajes ?totalmente imprevisibles?, añadió.
?Vi documentales sobre la esquizofrenia y la doble personalidad?, pero ?lo más importante para mí es mostrar la dualidad, la existencia de varias facetas en cada ser humano?, lo complejo que es, ?y eso es lo que representamos en este filme?, manifestó.
McKellen destacó la utilidad de X-Men para, por ejemplo, luchar contra la idea de que ?la homosexualidad es una enfermedad?, o ?el color de la piel?, y para ?los jóvenes que están un poco marginados de la sociedad, porque son diferentes de los demás, y podrían sentirse inferiores a causa de ello?.
?Es increíble, este filme ha sido tan apreciado por el público, que mucha gente piensa que es trivial, pero aborda temas absolutamente importantes?, destacó. La película enseña a ?ser lo que somos y hacer frente a los prejuicios de la sociedad?, añadió Shawn Ashmore (Iceberg) e ?invita a la gente a reflexionar?, consideró su director.