El sector energético es un área estratégica de cualquier economía, por ello es importante ver si los pronunciamientos que ha habido en los últimos días en temas relacionados con el mismo pueden ser ubicados dentro de una amplia visión de política energética, o solamente son parte de la batalla política que libran los candidatos para atraerse votos.
La consideración viene al caso porque al calor de la disputa electoral, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) hizo una promesa más de campaña, en el sentido de reducir los precios de la energía, particularmente electricidad y la gasolina; declaración que tomaron al vuelo sus dos principales contrincantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), criticándola de entrada, pero después haciendo suya una propuesta en el mismo sentido, si bien cada candidato reclama tener el mejor planteamiento para el caso.
Como sea, esta discusión ha tenido el mérito de llamar la atención sobre la viabilidad de tal reducción, además de poner una vez más sobre la mesa la pertinencia de la actual estrategia energética.
Así pues, el propio director de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha señalado que ?si es factible la reducción del precio?y no sólo de la gasolina, sino también del diesel, del combustóleo y de la electricidad??. Sin embargo, hizo una importante aclaración de que ?los precios son resultado de la definición de una política económica, que no corresponde a Pemex fijar?.
Esta última expresión revela la existencia de una serie de factores institucionales que hacen que este sector no opere de acuerdo con las pautas tradicionales del mercado, ya que como se sabe las tarifas eléctricas y los precios de los combustibles son administrados, esto es, los fija directamente el gobierno con base en criterios de exigencia fiscal y no de costos de producción y distribución, ni del libre juego de la oferta y la demanda.
En una palabra, la política de precios en este ámbito está en relación con la fragilidad de las finanzas públicas (que está oculta detrás de una aparente fortaleza), y una reducción de tarifas impactaría directamente a éstas que, como se sabe, dependen en gran medida de los ingresos obtenidos del sector energético particularmente del petróleo. En una palabra, los especialistas en el tema señalan que son cotizaciones diseñadas para maximizar su contribución fiscal.
Pero esto es sólo un elemento que hay que considerar para el replanteamiento de una política energética. Otros de ellos ya se han comenzado a mencionar, como es el de la necesaria, y largamente postergada, inversión. En este rubro nuevamente el director de Pemex propone seguir invirtiendo para incrementar las reservas de gas y petróleo, estando así en posibilidad de satisfacer la demanda, no depender de las importaciones y configurar procesos más eficientes en costos. Como consecuencia todo ello, pasar a la reducción de precios.
Se ha avanzado algo en la modificación del régimen fiscal de Pemex, muy desfavorable para la paraestatal y que lesiona fuertemente su situación financiera, aunque faltan definiciones en lo referente a la autonomía de gestión de la empresa. Asunto en el que el sindicato sigue teniendo mucho peso.
En este mismo sentido, se ha hablado de una reestructuración productiva tendiente a reunificar las cuatro subsidiarias para buscar una mayor eficiencia en la cadena petrolera, desde su extracción hasta sus derivados refinados.
En esta misma línea se encuentra la idea de construir más refinerías para aumentar la capacidad de producción y reducir la dependencia de las importaciones, sobretodo de gasolinas. En este punto, Andrés Manuel López Obrador incluso la ha puesto cifras al asunto, hablando de invertir 75 mil millones de pesos para la construcción y reconfiguración de tres refinerías (al parecer retoma un planteamiento de Canacintra), con las consecuentes propuestas sobre el tema por parte de sus contendientes.
Son importantes estos pronunciamientos, pero hay que estar alertas para que no queden en ocurrencias de campaña, como sucedió con el presidente Fox, cuando en pleno fragor de la batalla verbal con el presidente Chávez de Venezuela anunció la construcción de una refinería en Centroamérica, sin un previo análisis de factibilidad, y cuando aquí en el país hacen falta cuando menos tres, a decir de los especialistas.
Como mencionamos, la discusión y el análisis sobre los precios de los energéticos tienen que tomar en cuenta el papel que juega el sindicato, y los altos funcionarios, debido a que los señalamientos de corrupción son recurrentes e involucran importantes cantidades de recursos financieros.
Estos solamente serían pues algunos elementos que hay que tomar en cuenta para un replanteamiento de fondo de la política energética del país, como resultado del cual, entre otras cosas, se tendría una mayor incidencia en los costos y, por ende, en los precios de los combustibles. Hay tareas.