Representando al emblema alemán, esta pieza única en el mundo se encontraba en la parte trasera del barco 'Graf Spee' y pesa 400 kilos
La nave alemana fue hundida por su propia tripulación frente a Montevideo para evitar que los barcos ingleses que la acosaban se apropiaran de la avanzada tecnología del acorazado.
Montevideo, (EFE).- Expertos que trabajan en recuperar partes del "Graf Spee", hundido hace 66 años en la bahía de Montevideo, rescató del Río de la Plata un águila de bronce, originalmente situado en la popa del acorazado de bolsillo alemán.
Según informó Alfredo Eychegaray, encargado de prensa del grupo de expertos, en el rescate de la pieza del fondo del Río de la Plata trabajaron arqueólogos especializados de la Universidad de Oxford, buzos de la Armada de Uruguay y un equipo técnico de rescate dirigido por Héctor Bado.
La pieza, que era la insignia del navío, es considerada única en el mundo y se creía que sería imposible encontrarla.
Al cañón y el telémetro del "Graf Spee", rescatados el 27 de febrero de 2004, se suma ahora el del águila de bronce que originalmente se instaló en la proa del navío germano.
La insignia será exhibida al público en Montevideo en los próximos días.
La historia
El 13 de diciembre de 1939 el "Graf Spee"fue seriamente dañado en combate en la denominada "Batalla del Río de la Plata" por un convoy británico integrado por el "Exeter", el "Ajax" y el "Achilles", que custodiaban en el Atlántico las costas sudamericanas.
En la batalla murieron 36 marinos alemanes y el capitán Hans Langsdorff resultó herido, además se contabilizaron 5 heridos graves y 53 leves, 14 de ellos envenenados con gas.
El "Graf Spee" recibió más de 30 impactos, que lo dejaron prácticamente inutilizado.
En las primeras horas de la noche del día 13, el acorazado alemán se internó en el Río de Plata, a riesgo de quedar interceptado en el puerto de Montevideo, según reconoció en un documento el propio capitán.
El navío amarró en el muelle en Montevideo exactamente a las 12.00 horas de la noche del día de la batalla.
El capitán Langsdorff presentó un informe con las averías por las cuales estaba afectada la navegabilidad del acorazado, con lo que justificó su entrada a puerto.
Los marinos alemanes muertos fueron sepultados en un cementerio de Montevideo y los heridos asistidos en los hospitales de la capital uruguaya.
El gobierno uruguayo, que se mantenía neutral en ese momento en la Segunda Guerra Mundial, aplicó las normas internacionales e invitó al "Graf Spee" a abandonar el puerto cuatro días después, el 17 de diciembre, por lo que el capitán decidió su voladura.
El acorazado alemán dejó el puerto y antes de cruzar la bahía de Montevideo rumbo a Buenos Aires fue volado, después de que sus tripulantes fueran traspasados a una nave mercante alemana, que los trasladó luego a la capital argentina, donde el capitán Langsdorff se suicidó tres días después en el arsenal naval de Argentina.