Nueva York, (EFE).- El violento ataque registrado en una estación del metro de Nueva York, en el que un hombre fue herido de gravedad con dos sierras eléctricas manejadas por un ex presidiario desequilibrado ha causado estupor en esta ciudad.
Michael Steinberg, trabajador de correos de 64 años, se encontraba en el andén de la estación de la calle 100 y Broadway, cuando Tareyton Williams, de 33 años, arrebató dos sierras eléctricas a unos trabajadores contratados por el metro de la ciudad para efectuar reparaciones en las vías.
Tras agitar las sierras en el aire y amenazar a algunos pasajeros que esperaban el tren, Tareyton se abalanzó sobre Steinberg y comenzó a asestarle una serie de cortes y golpes en medio de sus gritos de pavor y la mirada aterrada de los testigos.
"Trataba de cortarme y nada lo hacía detenerse, por dos o tres o cuatro minutos, y no se detenía", señaló Steinberg desde su cama del hospital, donde se recupera de las heridas.
La víctima sufrió la fractura de una costilla, una herida en un pulmón, un corte severo en el abdomen y otras lesiones menos graves.
Tras el ataque, Williams le quitó 200 dólares a Steinbreg y se dio a la fuga con las dos sierras aún en sus manos.
A las pocas cuadras dejó las herramientas en un basurero y luego atacó a un transeúnte a pocas calles de distancia.
Este último pudo llamar a la policía, que pocos minutos después logró detener al sujeto.
El sospechoso se encuentra bajo custodia policial, acusado de intento de asesinato, robo y posesión de un arma.
Los testigos afirman que antes del ataque Williams abrazaba a un gorila de peluche, que soltó antes de hacerse con las sierras, que funcionaban con baterías.
Williams había cumplido una condena de 5 años de cárcel por un delito relacionado con las drogas y el 15 de junio pasado había sido detenido por posesión de marihuana.
Steinberg señaló que lo que más le indignó fue que nadie saliera en su defensa, especialmente los trabajadores del metro, y agregó que pretende demandar a la autoridad de transportes de la ciudad.
Un portavoz del metro negó las acusaciones de la víctima y señaló que los agentes alertaron a la policía mediante botones de emergencia ubicados en la estación.