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Hipótesis del Monolito de Ajaracas

1.- De acuerdo con los análisis de quien suscribe y de sus pláticas con el doctor Leonardo López Luján (Proyecto Templo Mayor, INAH), el monolito encontrado por los arqueológos del Programa de Arqueología Urbana frente al Templo Mayor de Tenochtitlan representa, sin lugar a dudas, a Tlaltecuhtli (Señor /Señora de la Tierra).

Esta deidad telúrica y nocturna tiene dos aspectos en la plástica mexica: uno masculino y otro femenino. En el caso del monolito de la Casa de las Ajaracas, nos encontramos ante una imagen del aspecto femenino de la deidad, ya que porta un faldellín adornado con cráneos y huesos cruzados, además de lucir el adorno dorsal con tiras y caracoles que es exclusivo de deidades femeninas asociadas a la tierra y lo nocturno.

Esta diosa tiene, además, elementos únicos, como son los cráneos en codos y rodillas, y las banderas de papel en el pelo, símbolos respectivos de la muerte y el sacrificio. Estos elementos marcan simbólicamente a la escultura dentro del ámbito de la muerte.

2.- Se plantea la hipótesis de que el monolito pudiera ser una lápida mortuoria en honor de Ahuízotl, octavo rey de Tenochtitlan, quien gobernó los destinos de la Triple Alianza entre 1486 y 1502 d.C. Los argumentos investigados por el doctor López Luján y un servidor permiten suponer lo anterior por lo siguiente:

a) El monolito se encontró en su posición original, entre el Templo Mayor y el Tzompantli, en un lugar que estaría junto a un edificio llamado Cuauhxicalco, como puede verse en el plano del recinto sagrado de los Primeros Memoriales de fray Bernardino de Sahagún.

b) Diversas fuentes históricas (Durán y Alvarado Tezozómoc, entre ellas) señalan que en este edificio se colocaron las cenizas de algunos gobernantes como Azayácatl y Tízoc pues era práctica común la de incinerar a los tlatoque (reyes) mexicas en una gran pira al pie del Templo Mayor.

También se indica que los despojos de Ahuízotl se inhumaron "en el lado de Cuauhxicalco". Otros cronistas corroboran que el enterramiento de algunos señores mexicanos se hacia cerca del Tzompantli.

c) Los mexicas creían que la diosa Tlaltecuhtli era una insaciable devoradora de los cuerpos de los sacrificados y de los cadáveres de los muertos. Tlaltecuhtli también engullía cotidianamente al Sol en cada atardecer. A este Sol se le llamaba Tlalchitonatiuth ("el Sol que esta próximo a la Tierra"). El rey, al morir, era comparado metafóricamente con el Sol del ocaso o con el Sol eclipsado por los dioses estelares y lunares del pulque. El monolito tiene precisamente una imagen de Tlaltecuhtli con símbolos de muerte y sacrificio.

d) El monolito tiene fechas calendáricas en una garra de la diosa Tlaltecuhtli. La fecha 10-Conejo hace alusión al año en que Ahuízotl muere, pues corresponde a 1502 d.C. La fecha 2Conejo es el nombre del dios del pulque y viene al caso ya que existe una conexión entre la bebida y el final del reinado de Ahuízotl, conexión que hace la doctora Emily Umberger.

Resulta que en el año 8-Pedernal (1500 d.C) hubo una terrible inundación en Tenochtitlan, la cual, según Ixtlilxóchitl, provocó que Ahuízotl sufriera un fuerte golpe en la cabeza con un dintel de su palacio, esto al tratar de huir de las aguas. Este golpe, dice Ixtlilxóchitl, causó la muerte del gobernante en el año antes dicho (10-Conejo, 1502 d.C).

Pero lo interesante es que el día 8-Pedernal del calendario ritual es regido por el dios del pulque. A este respecto, es interesante que una lápida con el glifo onomástico del rey Ahuízotl y otra con el año 10-Conejo de su muerte se hayan descubierto en el templo del dios del pulque del Tepozteco.

Ahora bien, dado que el número 2 y el 10 comparten la cabeza del conejo, podría pensarse en una tercera lectura: 12-Conejo. Esto coincide con el año 1478 d.C. De acuerdo con los anales, este año hubo un eclipse; se dice que fue "comido el Sol" y que aparecieron las estrellas tzitzimime.

El eclipse se relacionaría simbólicamente con la muerte del rey solar.

Conclusión.- Por los datos anteriores y otros más que se están investigando, el monolito de la Casa de las Ajaracas sería hipotéticamente la lápida mortuoria de Ahuízotl. Éste, en su calidad de ser solar, descendió muerto al Mictlan, donde transmitió el poder a su sucesor, Moctezuma II, quien luego ascendió y surgió a la superficie de la tierra por el oriente "tornado así a resplandecer el Sol" en Tenochtitlan.

* Coordinador del Proyecto Templo Mayor y del Programa de Arqueología Urbana.

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