Cientos de usuarios del transporte público de Torreón se levantaron con la mala noticia del aumento a la tarifa. Después de más de tres de años en que los concesionarios solicitaran un incremento, el martes finalmente lo autorizó la Administración de José Ángel Pérez. Hay que recordar que Guillermo Anaya, condicionó el aumento a que los transportistas dieran señales contundentes de modernización, lo cual nunca sucedió.
Ahora los usuarios pagarán 4.50 pesos, mientras que los estudiantes y las personas de la tercera edad deberán pagar 2.50. Muchos podrán decir que el aumento apenas fue de un peso, incluso ya varios concesionarios del transporte calificaron de raquítico el incremento, sin embargo, para gran parte de la población un peso significa una carga demasiado pesada.
Son muchas las personas que debido a sus actividades toman hasta cuatro camiones diarios, gastando en promedio 129 pesos a la semana, lo que significaba mensualmente un desembolso de más de 500 pesos. El gasto ahora será mayor.
Rodolfo Walss Aurioles, secretario del Ayuntamiento, justifica el incremento. Afirma que se acabó el círculo vicioso y ahora sí habrá una modernización integral del transporte urbano, ya que con la firma de dos fideicomisos, los concesionarios podrán ahorrar dinero, además el Ayuntamiento los apoyará con préstamos de 50 mil pesos a cada transportista para que compren unidades nuevas. La idea es que en 2007, año del Centenario, por las calles de Torreón se vean sólo camiones panorámicos y no las viejas chatarras que actualmente circulan.
El plan es ambicioso, pero causan incertidumbre las declaraciones hechas por los mismos transportistas, quienes dicen desconocer el funcionamiento de los fideicomisos, además de no estar muy seguros que las tarjetas prepagadas sean bien recibidas por los usuarios.
El gremio del transporte es mañoso, de ahí que el alcalde, José Ángel Pérez, deberá estar atento para exigir a los concesionarios que cumplan los compromisos adquiridos.
La modernización del transporte es una demanda añeja, a pesar del sacrificio económico, la mayor parte de los usuarios pagará con gusto un peso extra si acceden a un mejor servicio, el cual debe ser integral ya que la compra de unidades es sólo una pequeña parte. Los choferes deberán dejar a un lado sus malos tratos, su pésima de educación que se pone de manifiesto al manejar como cafres, hacer paradas en lugares prohibidos, además de arrancar las unidades cuando las personas todavía no suben por completo.
El plan de José Ángel Pérez es ambicioso, muestra valentía al asumir el costo político de autorizar un incremento en las tarifas, de ahí la necesidad de llevar un marcaje personal a un gremio acostumbrado a exigir mucho y no dar algo a cambio.
Si la modernización llega, como esperamos suceda por el bien de Torreón, José Ángel habrá de pasar a la historia por terminar con un problema añejo, en caso contrario, será otro alcalde más que confió en la buena voluntad de los transportistas y éstos simplemente lo engañaron.
lharanda@elsiglodetorreon.com.mx