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Hora Cero/PRI: Los mismos y lo mismo de antes....

Roberto Orozco Melo

Mientras la facción tecnocrática del Partido Revolucionario Institucional se cuelga de su líder moral, Carlos Salinas de Gortari, a la paciente espera de una línea de conducta sobre el qué, el cómo y el cuándo del cambio de su derrotada dirección nacional, los líderes de su corporación agraria, la Confederación Nacional Campesina, están convencidos de que el PRI es cuerpo inerte para la lucha política y anuncian, por boca de su dirigente nacional, Heladio Ramírez, que el punto toral del congreso que llevan a cabo desde el sábado 26, lo constituye la revisión de sus relaciones con el PRI y con el Gobierno. Ramírez describió, aparentemente claras, las causas del enfriamiento campesino hacia el partido:

“En 2001, ante el castigo popular que nos sacó del poder presidencial, los cenecistas sugerimos la reconstrucción del PRI. Planteamos la urgencia de rectificar el discurso; cambiar radicalmente las formas de relacionarnos con el pueblo; abrirnos con determinación a claros procesos de renovación interna. (........) Pero nuestro partido no escuchó y quedó atrapado en la inercia. Mientras los cenecistas demandábamos definiciones contundentes respecto a la derecha y a su proyecto revanchista, el PRI optó de manera equivocada y antihistórica por una posición de centro, alejándose así de nuestros principios y de nuestras tésis, lo que permitió el crecimiento de la derecha y de la izquierda, quedando el PRI en medio de la ambigüedad como si no tuviera principios”.

Ésta columna ha insistido, desde hace varios años, en que el abandono de la ideología revolucionaria de la justicia social por el PRI lo iba a conducir a la más perniciosa y destructiva crisis de su historia. La evidencia de su ahora inminente final está sus dos consecutivas, dramáticas y cada vez más demoledoras derrotas electorales; ambas ante el partido Acción Nacional, su tradicional opositor ideológico y político. Es presuntuoso rememorar “se los dije” porque, a fin de cuentas, el columnista sólo fue uno más, entre varios editorialistas en la capital o en el abandonado México interior, que pudimos avizorar la fatalidad; mas ahora hay palabras del líder de la CNC que parecen confirmar nuestra predicción. Veamos:

“Que se escuche bien –dijo Heladio Ramírez en un discurso pronunciado el sábado ante algunos dirigentes del partido tricolor: salinistas puros- pues ni los cenecistas ni los campesinos hemos dejado al partido; es el partido el que nos abandona, el que se alejó de nuestros principios cuando volteó la vista hacia la derecha y cedió parte de su capital político a una expresión minoritaria (....) y por eso vamos a revisar la relación de la CNC con el PRI y el Gobierno”

En la sesión vespertina del Congreso, ese mismo sábado, Abraham Rojas, líder nacional de los productores de frijol, replantearía en tono conciliador las líneas críticas sobrevivientes en la relación CNC-PRI:

“Los campesinos ya no podemos seguir votando para seguir siendo pobres, y tampoco queremos seguir votando para avalar que el gobierno continúe convirtiendo lo que es público en cosa privada. Este es el momento ideal –abundó- para que hablemos con libertad, sin reprimir nuestras inconformidades, sin silenciar nuestras insatisfacciones. Es momento de hablar para construir y para unir; de ser autocríticos, reconocer desviaciones y errores e iniciar el proceso para recuperar lo perdido, empezando por la confianza de los campesinos”.

Los gobernadores de Nuevo León y de Durango, el líder virtual del nuevo Senado de la República, Beatriz Paredes y otros destacados políticos nacidos en el Gobierno de Miguel de la Madrid y formados en el de Carlos Salinas de Gortari, aplaudieron a Rojas; y cómo no iban a aplaudirle si el dirigente lampreaba, con sus palabras, los reclamos de Heladio Ramírez y abría una puerta a la concertación con la actual dirigencia: “es momento de hablar para construir y para unir”.

A tales discursos siguió una andanada de posicionamientos ante la prensa, dirigidos a neutralizar la determinación planteada por el líder nacional cenecista. Es decir, que en el partido de la Revolución todo va a seguir igual; que las palabras críticas sólo eran palabras y que el PRI aún no se desteta del autoritarismo antidemocrático, a pesar de tan grandes derrotas.

Peor para el PRI, que ni siquiera sabe capitalizar su triste derrota y su posición de balanza o bisagra entre partidos enemigos que están en puntos distantes y extremos de la política nacional. Pelear el control del PRI, apoderarse nuevamente de la dirigencia nacional, seguir siendo una agencia de empleo seguro y ampliamente remunerado para sus incondicionales, olvidarse de la justicia social y de la democracia, seguir en la línea del discurso meloso y convenenciero, son sus objetivos. Y más: que la lucha a favor de los proletarios del campo y de la ciudad permanezca igual que ayer, arrumbada junto a la declaración de principios, sepultada entre las páginas de los estatutos, roída por los ratones que abundan en los sótanos y rinconeras de su añeja historia...

¿Reorganización? ¿Revisionismo? ¿Rectificación? ¿Dolor de contrición? ¿Propósito de enmienda?..No: mientras veamos en el comité ejecutivo nacional del partido y en el Congreso de la Unión los rostros del salinismo que el fementido cambio foxista-panista no quiso disgregar, el PRI y sus defectos esenciales seguirán siendo los mismos de antes...

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