Científico mexicano descubre que hoyos negros y las "cenizas" de las estrellas generan en tan sólo diez segundos más energía que el Sol en toda su vida.
MÉXICO, D.F., (EL UNIVERSAL).- William Henry Lee, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, es el primer mexicano "cazador" del universo que descubre, observa y registra en cuatro galaxias la forma en que los hoyos negros y las "cenizas" de las estrellas generan en tan sólo diez segundos más energía que el Sol en toda su vida.
Este hallazgo, registrado hace poco más de seis meses, permite establecer las bases para comprobar y tener gráficas reales, en un lugar del espacio, sobre la presencia de las ondas gravitacionales que estableció Albert Einstein en sus estudios de física.
Después de 40 años de estudios internacionales por parte de los grupos de científicos ubicados en las universidades y centros de investigación asociados con la NASA (National Aeronautics and Space Administration) en los Estados Unidos, fue el grupo de investigadores -en el que participan dos mexicanos- el que logró registrar este descubrimiento, el cual fue reportado a la comunidad internacional el pasado 10 de mayo en la revista Astrophysical Journal, la más importante a nivel internacional en materia de astronomía.
Los dos mexicanos involucrados en este hallazgo internacional son William Henry Lee, que desde hace ocho años trabaja en los laboratorios de la UNAM, y Enrico Ramírez Ruiz, quien se encuentra adscrito a Universidad de Princeton, en los Estados Unidos.
Al detallar los beneficios que esto traerá en la descripción y avance del mapa del universo, así como de las aportaciones en desarrollo tecnológico que esto producirá, el científico declaró que, además de contribuir en la construcción del "rompecabezas" en la explicación del orígen del universo y nuestra vía lactea, se podrán desarrollar nuevas herramientas en los sistemas de cómputo, la mecánica y mecatrónica.
Al respecto el director del Instituto de Astronomía, José de Jesús Franco López, aseguró que para aprovechar este tipo de avances en la ciencia se requiere que la industria, pero principalmente el gobierno, tengan la capacidad económica, por lo que lamentó que "México se encuentre en pañales" para obtener los beneficios de un descubrimiento de tal magnitud.
"De nueva cuenta se hace evidente la necesidad de que el Gobierno Federal mire a la ciencia mexicana para incentivarla y provocar que se hagan un ménage à trois o tríos de cooperación para provocar el desarrollo del país a través de los avances científicos", refirió el funcionario.
El registro luminoso de los estallamientos -ocurrido entre mayo y agosto de 2005-, que hasta ahora sólo se conocían en teoría, se produjeron en cuatro galaxias ubicadas en el hemisferio norte de nuestra Vía Láctea. Estas galaxias, se calcula, se encuentran a más de tres mil millones de años luz de distancia de la Tierra.
En conferencia de prensa William Henry Lee explicó que los "avistamiento de luz y estallidos" registrados con el satélite Swift de la NASA, así como por los telescopios Keck y GEMINI, ubicados en Hawai, permitió a este grupo presentar información y reproducir gráficos de un suceso ocurrido hace 900 millones de años.
A pesar de que en 1997 los astrónomos en el mundo lograron registrar destellos de rayos gamma largos (que duran medio minuto) en diferentes galaxias, es hasta ahora que se pudo observar la generación de energía similar a la que ocurre durante el estallamiento de una bomba nuclear en los procesos cortos (de sólo 10 segundos).
Al recrear el fenómeno, el investigador explicó que en el momento en el que las "cenizas de estrellas" o "estrellas viejas" de una galaxia se encuentran con un hoyo negro se produce un movimiento energético que llega a comprimir las estrellas que originalmente pueden ser del tamaño de la Tierra a uno equivalente a la ciudad de México.
En ese proceso la liberación de energía es similar a varias bombas nucleares que ahora pueden ser vistas con la ayuda de satélites y telescopios. Este tipo de estudios considerado "exótico" porque se orienta al estudio de la física en los hoyos negros y la "energía negra", está encabezado por el astrónomo J. X. Prochaska, del Observatorio de Keck de la Universidad de California y del Instituto de Tecnología de California.