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México, df.- Expertos cubanos auxilian a otros mexicanos que alfabetizan a 171 mil 774 personas adultas en diversos estados de la República sin importar, a decir de sus impulsores, las banderas partidistas.
El programa de alfabetización cubano Alfa-TV “Yo sí puedo”, premiado en dos ocasiones por la Unesco, ha tenido los mayores resultados en Michoacán, donde ayer se anunció la graduación número 100 mil en ese estado.
El plan se basa en los conocimientos previos de los adultos y logra desarrollar las habilidades de lecto-escritura en siete semanas.
Pedro Pino, representante del ministerio de Educación de Cuba, en entrevista dijo que su país no cobra un solo peso por esta colaboración y tampoco lo hace a cambio de algo, “somos hijos del internacionalismo”.
Los municipios o gobiernos estatales beneficiados son los que asumen los costos de la alfabetización. Actualmente 345 mil 744 mexicanos han sido preparados en el país con este programa.
Comenzó en 2001 con la Administración panista de Antonio Echavarría, entonces gobernador del estado de Nayarit, donde se logró alfabetizar a 54 mil personas, las que hoy forman parte de los 345 mil 744 mexicanos que han sido beneficiados hasta la fecha por el programa de alfabetización cubano Alfa-TV Yo Sí Puedo, que basado en conocimientos previos de los adultos logra desarrollar las habilidades de lecto-escritura en siete semanas.
Un ejército de aproximadamente 98 cubanos se encuentra hoy auxiliando a otros mexicanos que alfabetizan a 171 mil 774 personas adultas en diversos estados de la República sin importar, a decir de sus impulsores, las banderas partidistas.
El método premiado en dos ocasiones por la Unesco ha tenido los mayores resultados en el estado de Michoacán, donde ayer se anunció la graduación número 100 mil en ese estado.
Pero lo cierto es que fue en el municipio de Uruapan, con la presidenta municipal panista María Doddoli Murguía, donde se realizó el acto inaugural de la alfabetización en Michoacán. En el plano estatal el compromiso ni siquiera se firmó con el actual gobernador Lázaro Cárdenas Batel, sino en 2001 con el priista Víctor Manuel Tinoco Rubí, el entonces gobernador.
“Si le van a llamar política a abatir rezago en alfabetización, pues entonces sí tenemos el interés político de acabar con este flagelo, pero ningún otro”, deja claro Pedro Pino, representante del ministerio de Educación de Cuba en entrevista, quien informó que Cuba no cobra un solo peso por esta colaboración y no lo hace a cambio de algo, “somos hijos del internacionalismo” subraya.
La presencia cubana en este tipo de colaboración se signa directamente con los municipios o gobiernos estatales, y que se enmarca en un convenio general de Cooperación Cultural y Educativa firmado entre México y Cuba desde 1975.
La huella de la alfabetización cubana ha quedado en San Luis Potosí, Nayarit, Veracruz, Distrito Federal, Copalillo en Guerrero; Estado de México, Puebla Tabasco y Michoacán. Pero las fronteras han sido rebasadas; este mismo programa que se adecua a la cultura de cada comunidad o país ha llegado hasta países de primer mundo como Nueva Zelanda o Portugal, o a los gobiernos más afines a la Administración del presidente Fidel Castro de países como Venezuela, con el presidente Hugo Chávez. Próximamente Bolivia, a petición de su presidente Evo Morales, contará con el auxilio de los expertos cubanos.
Los cubanos han pasado también por Haití, Nicaragua, Argentina y actualmente alfabetizan en Timor Oriental.
Los municipios o estados asumen el costo de alfabetizar a cada persona, que va desde 320 a 400 pesos, aparte de la ayuda económica que reciben los alfabetizadores equivalente a 320 dólares al mes (tres mil 200 pesos aproximadamente). También les proveen de un lugar donde vivir, a veces en habitaciones compartidas.
El Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño y la Asociación de Educadores Latinoamericanos y del Caribe son los responsables directos de Yo Si Puedo, que -dice Pedro Pino- sólo necesita de la voluntad y fe de las personas, un televisor y una videocasetera VHS, donde se transmitirán 65 clases con duración de una hora diaria.
Y aunque Nayarit fue el estado donde se empezó con transmisiones en radio, en San Luis Potosí hubo un antecedente en 2000, cuando el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y el Programa para Abatir el Rezago Educativo Inicial y Básico (PAREIB) firmaron un convenio directamente con Cuba para mejorar la calidad educativa en escuelas primarias, que incluía la alfabetización de los padres de los niños, pues la falta de ayuda de los familiares es una de las razones principales de que los niños no tengan éxito en sus estudios.
“Ahora sí me
voy a ir al cielo”
A partir de conocimientos previos, los cuadernillos hacen un muestreo de números y letras. “Se buscó una frase representativa de la obra de Platero y yo, se analizó la frecuencia en las que más utilizaban las distintas letras y se le asignó a cada letra un número para concluir con un recurso didáctico”, explica Sixto Jiménez Vielsa, asesor del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (Iplac).
“No sólo aprendí a escribir, sino a hablar, porque yo antes decía ansina y no así”, “Ahora sí me voy a ir al cielo, porque cuando me muera y en el camino me encuentre los letreros de señalización sabré lo que dicen”, son algunos de los comentarios que los asesores cubanos reciben durante sus prácticas con las diversas comunidades mexicanas.
Ayer, en Pichaparo, Michoacán, María del Refugio García, de 43 años, recibió el diploma de su alfabetizadora de nombre María Guadalupe Constantino, de apenas 11 años. Una relación especial las unió durante su alfabetización, pues Guadalupe le enseñó a leer y escribir justo las palabras con las que se han referido mutuamente durante este curso: hija y madre.