EL UNIVERSAL
MÉXICO, D.F.- Al hacer el corte de caja de seis años de gestión, Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, excluyó la palabra fracaso. Sin embargo, reconoció que ?nada? garantiza la continuidad de programas creados durante su administración. De cara al informe presidencial, Bermúdez hizo un balance.
En el espacio de televisión, transmitido el sábado, reconoció que hubo errores -aunque no aclaró cuáles- y señaló pendientes para su sucesor -acercarse a los sindicatos y buscar el marco jurídico de Conaculta-. Habló de sus dolores de cabeza en estos casi seis años ?la negociación de los presupuestos, mas no la Secretaría de Hacienda- y las críticas a su estilo ?sólo me dediqué a trabajar y trabajar?.
Bermúdez va de salida, pero aseguró que en estos meses que restan se propone buscar en el Congreso la aprobación de la Ley de Coordinación para el Desarrollo Cultural, iniciativa que fue muy cuestionada por la comunidad cultural, al punto que acabó por ser conocida como la ?ley Bermúdez?.
También anunció que tiene en puerta la presentación de una encuesta realizada por la UNAM que muestra un cambio en las tendencias de lectura de los mexicanos: según el estudio, a nivel nacional, el promedio de lectura por persona es de 3.5 libros al año, y no de uno como indicaban anteriores investigaciones. Sin embargo, se negó a dar más detalles sobre la población entrevistada, y dijo que desconocía si este comportamiento viene de años anteriores o inició en la administración de Vicente Fox.
En el espacio de televisión, artistas e intelectuales como Carmen Boullosa, Armando González Torres, Mónica Mayer, Sabina Berman, Fabrizio Mejía Madrid y Myriam Moscona, entre otros, cuestionaron aspectos como los recursos destinados a la Biblioteca Vasconcelos, los apoyos al arte contemporáneo, la situación de los institutos de Antropología e Historia y de Bellas Artes, entre otros temas.
A la periodista Myriam Moscona, quien le preguntó sobre el supuesto recorte presupuestal en diversas instituciones culturales para dirigirlos a la construcción de la Biblioteca Vasconcelos, Bermúdez le respondió que en caso de haberlo hecho ?habría ido a la cárcel. Por ley no puedo tomar dinero. El INAH y el INBA tienen sus propios presupuestos desde el Congreso de la Unión?.
PROGRAMAS SIN GARANTÍA DE CONTINUIDAD
Bermúdez aceptó que ?nada garantiza la continuidad? de programas como México Puerta de las Américas, México en Escena y el Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Muebles de Propiedad Federal (Foremoba) -creados en la presente administración-, o incluso instituciones como el Fonca.
Entonces reviró: ?Por eso era tan importante que pasara la Ley de Cultura, pues ahí venía la creación de muchos programas y el de dejar el mandato del Fonca en un fideicomiso, entre otras cosas?.
A una pregunta de la artista visual Mónica Mayer sobre la venida a menos de espacios para el arte contemporáneo, Bermúdez lo negó y dijo que la vitalidad ?no depende de un gobierno, sino de la creación personal del artista, y los apoyamos con becas, boletos de avión o promociones como en Arco?.
De cara al siguiente sexenio, afirmó que Conaculta debe transformarse, contar con un marco jurídico y acercarse más a los sindicatos. ?El sindicalismo fue un logro del siglo pasado, pero debe renovarse, y eso beneficiaría a todas las instituciones?.
El escritor Armando González Torres preguntó por los pendientes y la autocrítica; pero Bermúdez respondió sólo a los primeros diciendo que siempre los habrá. Admitió que le hubiera gustado dejar el 100 por ciento de las bibliotecas con nuevas tecnologías y haber apoyado más a las artes escénicas.
Y aunque años atrás había reconocido que uno de los momentos más difíciles, fue el intento de la Secretaría de Hacienda de vender algunas áreas de Conaculta (estudios Churubusco, Fonart, Librerías Educal), aseguró que Hacienda no tuvo injerencia en asuntos culturales: ?La relación fue y es estrictamente de dinero?. Apuntó que el peor dolor de cabeza de su administración ha sido ?poder negociar los recursos año con año?.
Respecto de las autoridades culturales del GDF calificó la relación como excelente: ?Siempre recibí los apoyos que necesité y estuvimos abiertos para apoyarlos a ellos. Dejamos a un lado la idea de que veníamos de diferentes partidos?.
Recomendó al nuevo titular del consejo ?que trabaje mucho, que no se fije en los partidos, sino en la población y los creadores, en la importancia de la cultura en este país?.
Sari Bermúdez marcó un estilo en su administración con una actitud informal por momentos que la llevó a subirse a los escenarios, tomarse fotos con los niños o estar al lado de la esposa del presidente, Marta Sahagún de Fox.
La titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes niega que fuera una actitud protagónica. Prefiere volver al lema que ya acuñó, ?trabajar y trabajar?, algo que le implicó, dice, sacrificar su vida privada.
?Yo fui como soy siempre. Lo que a mí me interesaba era trabajar y dar resultados. Lo que sí quería es que se viera que estábamos cerca de la gente, del pueblo, de los niños, de los jóvenes, de los creadores. Que vieran que ahí estábamos. No quise ser algo que no soy?.
Bermúdez reconoció que su nombramiento fue controvertido. Ella fue designada por Vicente Fox, a quien, como gobernador de Guanajuato, le gustó su estilo de entrevistar.
-¿Le interesaría mantenerse en la administración pública?
-Tendríamos que esperar un poco. Ni siquiera sabemos hacia dónde va el país en estos momentos. A mí me apasiona la televisión cultural y vi al Conaculta como una extensión del trabajo de promoción y difusión cultural que hice en la televisión.
También me encantaría trabajar con los niños, tengo un sentido muy maternal, me conmueven. Además, me apasiona el trabajo a nivel internacional. Soy una mujer que habla varios idiomas y se me facilitan las negociaciones. Pero el futuro se lo voy a dejar al destino.