La infertilidad es un asunto inesperado, en más de una ocasión es origen del alejamiento de la pareja, pero al fin y al cabo un mal que puede ser superado.
EL UNIVERSAL
Tener un hijo es un deseo de incontables parejas mexicanas, muchas de las cuales logran su anhelo sin mayores problemas, pero para algunas se convierte en una misión que parece imposible, a menos de que consulten a verdaderos especialistas.
De acuerdo con expertos del CEPAM (Centro Especializado para la Atención de la Mujer), la mayoría de las personas cree tener bajo control absoluto al cuerpo, incluso aspectos como tener un hijo. "Por ello, cuando nos enfrentamos a un problema de infertilidad reaccionamos con sorpresa, tristeza, enojo y negación", explican.
Agregan que en la pareja la respuesta inicial es comúnmente seguida de sentimientos de pérdida, fracaso y preocupación constante que puede llevar hasta el extremo de la postergación de planes y expectativas previstas.
Números alarmantes
Y no es para menos, pues en México, dos de cada 10 parejas tiene problemas de infertilidad, "los cuales en muchas ocasiones van acompañados de sentimientos de descontento con la propia pareja, la familia, los amigos y el entorno en general", señalan los especialistas.
Las estadísticas sobre el tema a escala mundial son alarmantes, ya que hay 186 millones de parejas infértiles en los países en desarrollo, entre ellos México. La tasa de infertilidad varía según la nación, y en las de más alta incidencia es de 25%.
En Canadá y Europa la mayoría de las mujeres tienen su primer embarazo alrededor de los 30 años.
En 1975 6% de las mujeres tenía su primer hijo después de los 35 años, y en 1995 15%. Para el 2005 el índice anterior ascendió a 25%.
El porcentaje de embarazo por técnicas de reproducción asistida varía en cada pareja desde 20 hasta 70%.
Hasta 25% de las parejas que no logran un embarazo (con reproducción asistida) padecen depresión. Cuando existe repetición del procedimiento sin éxito, hasta 50% de ellas la presenta.
Reproducción asistida
La reproducción asistida consiste en una serie de técnicas donde se trabaja con espermatozoides y óvulos para buscar su contacto y facilitar la fecundación. Los procedimientos básicos son prácticas de inseminación, mientras que los más complejos son fertilización in vitro (FIV), transferencia intratubaria de gametos (GIFT), inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) y donación de óvulos y esperma.
En México existen centros dedicados al diagnóstico y tratamiento de la infertilidad orientados sobre todo a la subespecialización y el uso de la tecnología más moderna para conseguir resultados exitosos.
El reto de la reproducción asistida es la búsqueda de la disminución de embarazos múltiples, por lo que centros como CEPAM se enfrentan día a día a casos de parejas infértiles, logrando tasas de éxito promedio iguales a las de clínicas en el extranjero.
Las razones por las cuales se recomienda la reproducción asistida son muy variadas. No todas las parejas infértiles requieren de estos procedimientos, ya que en numerosas ocasiones basta con tratamientos médicos quirúrgicos más sencillos. Tampoco implica que se considere como último recurso, de ser así, se desperdicia tiempo valioso con técnicas que no tendrán el éxito esperado.
De ahí la importancia de obtener asesoría y de acudir a un centro que brinde tratamiento integral a la pareja.