Los datos que arroja la Tercera Encuesta Nacional Sobre Inseguridad, realizada por el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre Inseguridad (avalado por la ONU) en trece ciudades mexicanas –que aglutina al 31 por ciento del total de la población en el país y en donde se cometió el 53 por ciento de los delitos- no podía ser más interesante: la gran conclusión es que en el nuevo mapa delincuencial coloca focos rojos en prácticamente todo el territorio nacional, ya que tanto en las grandes urbes, como el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara, así como la frontera (con Tijuana y Ciudad Juárez a la cabeza) y aún las zonas turísticas de mayor renombre como Acapulco y Cancún registran una alta incidencia de hechos que atentan contra la seguridad personal y patrimonial de los ciudadanos.
Pareciera, en primera lectura, que desarrollo es igual a mayor inseguridad y que -evidentemente- a mayor población resalta la incapacidad de las autoridades, de todos los niveles, de cumplir el objetivo primario del Estado, que no es otro que el de garantizar la protección de los ciudadanos. La Tercera Encuesta Nacional Sobre Inseguridad (que no consigna el dato de que en 2005 se realizaron 940 narcoejecuciones en los estados del norte de la República) revela que el robo, con violencia a transeúnte y el robo a casa-habitación se mantienen como los principales delitos cometidos en el país y otros detalles, como que en Ciudad Juárez las agresiones contra mujeres se dan de manera preponderante en el trabajo, mientras que en Monterrey ocurren en la calle y en Cuernavaca, dentro del hogar.
La encuesta se aplicó en el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, Chihuahua, Cuernavaca, Acapulco, Mexicali, Culiacán, Cancún, Oaxaca y Villahermosa y si bien no se consideraron otras muchas ciudades, como Torreón, con población mayor a la de Oaxaca o Villahermosa, sus resultados significan una voz de alerta que debe ser considerada. Las grandes ciudades, aquéllas con vocación de futuro y por lo tanto, llamadas a crecer, significan por razones multifactoriales, el caldo de cultivo propicio para una mayor incidencia de conductas delictivas y por lo tanto hay que estar prevenidos.