POR ROCÍO RODRÍGUEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
La amistad suele comenzar de imprevisto y muchas veces sin buscarla. En el camino de la vida, precisamente cuando estudiaban la secundaria, Sara Cecilia Reyes González y Brenda Ramírez Segovia se conocieron pero nunca hicieron amistad, sino hasta después... ya fuera de aulas, se reencontraron e iniciaron una bonita amistad que hoy nos cuentan.
Sin duda, una amistad se da porque alguien nos simpatiza o, como se dice, ?nos cae bien?; ésta es precisamente la razón por la cual estas dos laguneras se hicieron amigas a pesar de que en la escuela nunca hicieron plática, pues sólo se saludaban atentamente.
Un día, hace más de siete años, y estando en clases en la Escuela Secundaria Isaac Newton de Gómez Palacio Brenda le escribió un recado a Sara, en el que le decía que le caía bien y que le gustaría que formara parte de su grupo de amistades, incluso le expresó que podía contar con ella para lo que necesitara.
Así trascurrió el tiempo, las estudiantes se graduaron y continuaron cada una con sus amigos, nunca se frecuentaron, hasta al paso de un año se encontraron en el cine y empezaron a recordar las anécdotas dentro del salón de clases; al despedirse intercambiaron dirección y teléfono y a partir de esa fecha son inseparables amigas.
Convicciones, sentimientos, aficiones, incluso opiniones son algunos de los gustos afines que hacen que Brenda y Sara se entiendan mejor, ambas refieren su amistad como algo grandioso y desinteresado, ya que a decir de ellas al amigo se le quiere por lo que es, es un servir cada vez que lo necesita.
?Dios nos puso en el camino, compartimos muchas cosas juntas, hasta los nervios, lo digo porque justamente hoy voy a ir a una entrevista de trabajo y le pedí a Brenda que me acompañara para sentirme tranquila y segura?, confiesa Sara.
La amistad es un cariño, un apreciarse que promueve un dar, por lo tanto es recomendable alimentarla día a día.
