Por Luis Alberto Morales Cortés
Y PRIMITIVO GONZÁLEZ MURUATO
EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- Un interno del Centro de Readaptación Social (Cereso) requirió de atención médica en el Hospital Universitario, luego de un fallido intento de suicidio, informó la agencia del Ministerio Público de delitos contra la Vida y la Salud de las Personas.
José Luis Chávez Reyes, de 26 años, se encontraba en una celda de castigo en el área de segregados cuando al parecer fue víctima de un ataque de desesperación debido al encierro. Fue cerca de las 16:00 horas cuando José Luis empezó a cortar tiras de una cobija y como pudo ató un extremo en uno de los barrotes más altos de la celda y se amarró el otro extremo al cuello.
Cuando se dejó caer para ahorcarse, José Luis fue auxiliado por otro interno conocido como ?El Nikle?, quien también fue asignado al sector de las celdas de castigo.
Después de rescatar a su compañero de prisión, ?El Nikle? dio avisó a los celadores para que atendieran a José Luis y de inmediato fue llevado a la enfermería. A las 23:35 horas ingresó el interno que trató de suicidarse al Hospital Universitario y presentaba un hematoma circular en el cuello, siendo su estado de salud estable.
ANTECEDENTE
La semana pasada, otro interno del Cereso local trató de quitarse la vida al cortarse con una navaja de rasurar, luego enterarse de un padecimiento terminal cuando le entregaron los resultados prenupciales.
Con una herida de siete centímetros en el brazo izquierdo, ingresó al Hospital Universitario Aurelio Ramos Jiménez, de 23 años, alias ?El Yeyo?, vecino del ejido Coyote, de Matamoros, Coahuila. El joven se lesionó con una hoja de rasurar.
Como se informó en su oportunidad, fue e el titular del Cereso, David Fernández, quien informó que Ramos Jiménez tenía planes para casarse con una interna y se hizo los exámenes prenupciales.
Al ser notificado del resultado se dio cuenta de su padecimiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Trata de quitarse la vida
Harto de trabajar diez años en el área rural y molesto porque sus superiores no lo han querido cambiar a la ciudad, un profesor intentó acabar con su vida al tomar pastillas de medicamento controlado, pero no lo logró.
La Policía Ministerial informa que a las 10:00 horas, personal médico de la clínica del ISSSTE de esta ciudad, reportó el ingreso de una persona por intento de suicidio.
Al trasladarse los agentes del Grupo de Homicidios de la Ministerial, se entrevistaron con María del Carmen Rodríguez, de 43 años de edad, vecina del fraccionamiento Villa Nápoles, quien dijo ser esposa del internado, Antonio Hernández, de 44 años de edad y con el mismo domicilio.
La mujer manifiesta que su esposo tiene ya tiempo muy molesto porque son ya diez años trasladándose al área rural, donde labora como profesor de primaria y no ha logrado el cambio a la ciudad. El pasado jueves acudió de nueva cuenta a las oficinas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), donde se entrevistó con su jefe inmediato, con quien discutió y regresó a casa muy deprimido.
Antonio decidió privarse de la existencia, para lo cual ingirió ocho pastillas de Benzodiacepina, pero fue descubierto por su esposa poco después y lo trasladó a la clínica del ISSSTE, donde lo sometieron a un lavado intestinal.
La ingesta de medicamento, como método para privarse de la vida, es uno de los menos comunes, pues la gran mayoría opta por el ahorcamiento, advierte el médico forense, Armando Castillo González, tras precisar que son seis ya las personas que se suicidan en la Región Lagunera de Durango, de acuerdo a las estadísticas que se llevan en la Subprocuraduría de Justicia.