EFE
CISJORDANIA.- El presidente palestino, Mahmoud Abbas, y su primer ministro, Ismail Haniye, se reunieron ayer para superar la crisis que los divide sobre el referendo del 26 de julio, mientras se recrudece la violencia tras la muerte en una playa de Gaza de siete civiles palestinos en un supuesto ataque del Ejército israelí.
Otros tres palestinos -dos milicianos de Hamas y uno de la Yihad Islámica- murieron en dos ataques de la Fuerza Aérea israelí cerca del pueblo de Beit Lagye, y del campo de refugiados de Yabalia en el norte de Gaza, y otros nueve resultaron heridos, cuando iban a disparar sus cohetes Al Kasam contra Israel, según fuentes militares.
En el pueblo de Sderot, contra el que dispararon la mayoría de 18 de esos cohetes, resultó herido de gravedad ayer por la mañana un trabajador, Nati Angel, y sufrieron un ataque de histeria dos mujeres. El alcalde, Eli Moyal, ordenó el cierre de las escuelas.
Una primera reunión de tres horas entre Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y su primer ministro y adversario político Haniye, del Movimiento islámico Hamas, finalizó ayer con un persistente desacuerdo acerca del referendo.
El plebiscito en torno del llamado ?Plan de los prisioneros?, una propuesta de paz que aboga por un Estado palestino al lado del de Israel, cuya existencia impugnan los integristas de Hamas, será objeto hoy lunes de un ?debate de emergencia? en el Gabinete Nacional que preside Haniye, y también en el Consejo Legislativo, en el cual son amplia mayoría, 74 en 132, los representantes islámicos.