La familia demandará al Municipio por considerar desinterés para preservar la integridad física de la víctima
EL SIGLO DE TORRE[ON
Torreón, Coah.- Lo acusaron de portar un cuchillo y fue remitido a la cárcel. Gerardo estaba intoxicado y en las celdas buscó pleito. Los custodios decidieron aislarlo en la última celda pero ya no lo supervisaron. Dos horas y diez minutos después de su internamiento el detenido se suicidó colgándose de los barrotes con una tira de cobertor. La familia demandará al Ayuntamiento.
Al momento de su detención dijo que se llamaba Gerardo González Martínez, de 30 años, vecino de la cerrada El Fresno 396, de la colonia El Roble. Los policías atendieron un supuesto reporte de riña a las 2:00 horas en la colonia El Roble. Cuando su padre identificó al finado ante el Ministerio Público informó que su hijo se llamaba Sergio Gerardo Ultreras Martínez.
Yolanda Esqueda Moreno, agente del Ministerio Público de delitos contra la Vida y la Salud de las Personas, informó sobre el fallecimiento de Sergio Gerardo ocurrido a las 6:00 horas en la celda número siete del Tribunal de Justicia Municipal.
Familiares del finado indicaron que acudirían a la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Coahuila (CEDHEC) por los hechos, ya que consideran que inicialmente la detención fue arbitraria y cuestionan la falta de interés por preservar la integridad física de Sergio Gerardo, más aún cuando se encontraba violento y en riesgo de atentar contra su vida.
Pablo Arguijo Rodríguez, celador de la cárcel municipal, rindió su declaración ante el Ministerio Público y argumento que desde su internamiento, Sergio Gerardo empezó a pelear con los demás internos por lo cual decidió trasladarlo a la última celda, donde se encontraría solo.
Transcurrieron cerca de 15 minutos cuando se dieron cuenta que de la citada celda salía un chorro de agua, y presumieron que el detenido quitó una estaca de madera de una tubería de agua averiada, provocando la fuga.
Otro celador se acercó para llamarle la atención a Sergio Gerardo y fue cuando descubrió que el hombre estaba sin vida y dio aviso a sus superiores y a la Policía Preventiva, que a su vez notificó al Ministerio Público.
Gerardo Ultreras, padre del fallecido acudió a realizar la identificación y dijo que su hijo era comerciante. También ratificó su deseo por actuar legalmente contra quienes por omisión descuidaron la integridad de Sergio Gerardo y cuestionó la capacidad de los celadores para resguardar a los internos en el Tribunal de Justicia Municipal.
En los registros de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) no se encontraron registros por antecedentes policíacos con ninguno de los dos nombres que proporcionó el finado y ahora las indagatorias se perfilaran sobre los motivos reales de la detención del finado.