El artista plástico José Antonio Rodríguez continúa desarrollando el proyecto "La alegría de vivir", mural iniciado en su casa y en el cual participan diferentes pintores.
La Habana (EFE).- El artista plástico cubano José Antonio Rodríguez Fúster ha desbordado ampliamente los márgenes de su casa, el primer lugar al que aplicó su irreverente e imaginativa fórmula, para estampar y mezclar coloridos mosaicos y cerámicas con esculturas.
"Este es mi soporte, es grande, en la calle, popular, de todo el mundo" y voy a seguir creciendo hacia todas partes", dijo el artista poco antes de inaugurar un mural en la pared de una esquina de la pequeña localidad costera de Jaimanitas, a las afueras de La Habana, donde vive y desarrolla el proyecto "La alegría de vivir".
Un numeroso grupo de pintores, entre ellos Roberto Fabelo, Adigio Benítez, Falvio Garciandía, Eduardo Roca, Flora Fong y Agustín Bejarano, acudieron a su llamada y dejaron su impresión personal en el diseño de un mosaico o reservaron espacio para colocar sus piezas en el futuro.
Este mural está concebido con un sentido de continuidad y fue creado en el marco de la IX Bienal de Artes Plásticas de la Habana. Es un proyecto visual iniciado en 1995 dominado por el tema "Dinámicas de la cultura urbana".
El artista afirma que su principal interés es el ser humano, las relaciones personales y con el entorno, con las circunstancias en que ha de vivir, pero siempre con ese toque de humor con el que anima sus especiales visiones.
