EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- No se ha descartado ninguna línea de investigación en torno al crimen del prestamista de la colonia Estrella. Un cliente, una pareja sentimental, un amigo o familiar, es decir, una persona conocida y de su confianza cometió el crimen, ya que no se forzaron las puertas para entrar al domicilio del finado.
Decenas de paquetes con documentos por cobrar, pagarés y listas de control de deudores, fueron asegurados por el Ministerio Público para iniciar las investigaciones. Los documentos del extinto Jaime Sifuentes Sánchez se tienen que cotejar y tratar de detectar a los fuertes deudores, los embargados, o los expedientes desaparecidos.
Personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Torreón, Gómez Palacio, Francisco I. Madero y San Pedro, de la Secretaría de Salud del Estado, así como de Teléfonos de México, y de la tienda departamental Cimaco, figuraban entre las listas de deudores.
Prestamos desde mil hasta 200 mil pesos realizaba el hombre de 67 años de edad, que fue encontrado asesinado en la estancia de su casa ubicada en la callo Río Nilo 925, la mañana del miércoles 26 de julio del presente año.
Además de los métodos ordinarios de los prestamistas mediante la firma de documentos, se logró establecer que Sifuentes Sánchez pedía como requisito la tarjeta de débito de sus clientes, para hacer los retiros en efectivo y regresaba la diferencia como forma de asegurar los pagos.
La demanda para el pago completo de la deuda iniciaba cuando algún cliente hacía un cobro en ventanilla o cancelaba la cuenta, procediendo la intervención de su abogado que actuaba sobre bienes del deudor.
Sobre las causas de la muerte se estableció que el prestamista recibió tres heridas punzo cortantes en la espalda a la altura del omóplato y dos más en el pecho, en el costado izquierdo cerca del corazón. Las heridas fueron penetrantes y provocaron una fuerte hemorragia.
El dictamen del Servicio Médico Forense indica que las tres primeras heridas fueron provocadas cuando el hombre estaba sentado en un sillón y su agresor o agresora venía de la cocina, de donde probablemente tomó el cuchillo.
Las heridas frontales tienen un corte de derecha a izquierda y se percibe que fueron cuando la víctima estaba en movimiento. En las uñas del finado no se encontraron indicios que hicieran presumir que se defendía de la agresión, resaltando el ataque sorpresivo y de una persona de confianza.
Para el agente del Ministerio Público encargado de las investigaciones, Raúl Antonio Zamora López, es importante determinar la hora de la muerte, para orientar bien las indagatorias, del crimen donde no se ha recuperado el arma, no hay testigos y son pocas las pistas iniciales para establecer la identidad del asesino.
Del finado se supo que era divorciado, que tenía cinco hijos, de los cuales Soledad del Carmen Sifuentes Ramírez, de 40 años y Saúl Gerardo, de 38 años de edad, hicieron la identificación judicial del cuerpo, cumpliendo con los trámites de Ley.
