El ejército estadounidense ha prometido una investigación completa de la muerte de civiles iraquíes en Haditha.
BAGDAD (AP).-El primer ministro Nuri al Maliki dijo el jueves que pidió a un grupo de funcionarios que se reúna con militares estadounidenses para investigar la presunta matanza de civiles iraquíes a manos de soldados norteamericanos.
Las muertes tuvieron lugar en la ciudad de Haditha, en el oeste del país, el año pasado.
Al Maliki expresó que ordenó al "comité de seguridad nacional ministerial que haga un seguimiento del tema con las fuerzas multinacionales" y "se reúnan para establecer las normativas para las detenciones y allanamientos".
Cuando le preguntaron sobre las quejas de los iraquíes de que las fuerzas estadounidenses no respetan sus vidas durante los operativos y detenciones, Al Maliki dijo objetaba esas prácticas.
"No podemos perdonar las violaciones a la dignidad de la población iraquí", manifestó durante una rueda de prensa. Indicó también que el gabinete había acordado emitir un comunicado de denuncia de esas prácticas.
Un consejero del gobierno, Adnan Al Kazimi, declaró a la AP que las autoridades iraquíes decidieron lanzar su propia investigación de la matanza, que será realizada por un comité especial.
La matanza de Haditha, una ciudad acosada por la insurgencia, tuvo lugar después de un ataque dinamitero a un convoy militar en el que murió un infante de la marina estadounidense, el 19 de noviembre pasado.
El representante estadounidense John Murtha, de la oposición demócrata, dijo que un grupo de infantes de la marina dispararon y mataron a civiles desarmados que se desplazaban en taxi y asaltaron dos viviendas, matando a más personas.
Murtha, un veterano de guerra condecorado, expresó que recibió información de militares estadounidenses.
El ejército estadounidense ha prometido una investigación completa de las muertes de Haditha, ciudad ubicada a unos 220 kilómetros al noroeste de Bagdad.
Por otra parte, el diario "The Washington Post publicó que una de las investigaciones abiertas en EU sobre la supuesta matanza de civiles por parte de marines de EU en Haditha (Irak) que algunos oficiales proporcionan informaciones falsas a sus superiores, quienes, a su vez, valoraron erróneamente los hechos que debieran haber llamado su atención.
Así lo asegura en portada y en su edición de hoy el diario, que adelanta el contenido de una de las dos investigaciones abiertas por el Pentágono sobre lo ocurrido en esta localidad iraquí, situada unos 200 kilómetros al norte de Bagdad.
Tras las denuncias, el Pentágono anunció la apertura de dos investigaciones sobre el asunto, que prometió "exhaustivas", una sobre las muertes y otra para determinar si los soldados intentaron encubrir lo que había pasado, pero hasta el momento sus declaraciones oficiales han sido muy limitadas.
ALERTA EN BASORA
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, decretó hoy el estado de emergencia durante un mes en la ciudad meridional de Basora, la segunda más poblada del país.
"Lamentamos la triste situación en Basora, pero la solución está en manos del pueblo y el poder central sólo puede ayudarle (a conseguirla), dijo Al Maliki desde Basora (550 kilómetros al sur de Bagdad).
Al Maliki explicó que el estado de emergencia estará en vigor durante un mes en Basora, desde hoy mismo, y que todos los organismos de seguridad serán puestos en estado de alerta para "hacer frente a la deteriorada situación de seguridad en la ciudad".
"Durante este mes se van a imponer varias medidas, entre ellas algunas para frenar la entrada de infiltrados (combatientes) y algunos departamentos de seguridad serán disueltos y otros reformados", agregó.
Al Maliki aseguró que "el gobierno iraquí no titubeará en usar toda la fuerza contra las bandas que se dedican al tráfico ilegal de petróleo u otro tipo de mercancía en Basora".
El gobernante aludía al deterioro de la seguridad en esta ciudad poblada casi exclusivamente por shiies y donde la seguridad depende de las fuerzas británicas y la policía iraquí.
Al Maliki adoptó esa decisión pocas horas después de haber llegado a Basora, en la que rechazó la "injerencia" de partidos políticos shiies en el trabajo de las fuerzas de seguridad en esa ciudad, habitada por poco más de un millón de personas.
El jefe del ejecutivo expresó esta postura tras reunirse hoy con lideres políticos y tribales de Basora para pedir su ayuda a los intentos de reducir la violencia en esta ciudad, mediante cuyo puerto Irak exporta la mayor parte de sus ventas de petróleo.