El escándalo sexual que afecta a un ex legislador republicano y que ha desatado una tormenta en el Congreso de EU comenzó como una broma que cayó en "manos enemigas", dijo un legislador.
EFE
WASHINGTON.-El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, se defendió el jueves a medida que disminuía el apoyo político de los miembros de su propio Partido Republicano y la comisión de ética de la cámara baja tuvo que decidir cómo iniciar una investigación creíble de los mensajes obscenos del ex representante Mark Foley a becarios adolescentes.
Hastert dijo que los republicanos que pedían su renuncia favorecían a la oposición. La caída del presidente de la Cámara Baja "es exactamente lo que nuestros adversarios quieren que suceda", dijo Hastert en entrevista con el periódico Chicago Tribune en vísperas de la primera reunión de la comisión de ética de la cámara dedicada a analizar el escándalo.
Los demócratas que buscan ventajas para las elecciones del 7 de noviembre quieren que "me retire y otros se retiren y entonces barrerían con la cámara".
Hastert asumió la responsabilidad por el torpe manejo de la situación creada por los mensajes sexuales enviados por un congresista de su bancada a becarios adolescentes del Capitolio, un escándalo que ha golpeado las entrañas del Partido Republicano faltando cinco semanas para las elecciones legislativas.
A su vez, Hastert anunció ante la prensa que permanecerá en el cargo, pese a los numerosos pedidos de renuncia de personas que lo acusan de no haber hecho lo suficiente para proteger a los becarios.
"Siento mucho lo que ha sucedido y lo importante es que estamos asumiendo la responsabilidad", dijo Hastert sobre el escándalo desatado por el ex congresista Mark Foley, quien renunció la semana pasada cuando la cadena televisiva ABC divulgó algunos de los correos electrónicos que le envió a varios mensajeros.
Hastert se pronunció el mismo día en el que la Comisión de Etica de la Cámara de Representantes anunció el inicio de una amplia investigación sobre el asunto, en la que deberán comparecer docenas de personas, incluyendo varios legisladores y empleados del Congreso.
El presidente de la comisión, el republicano Doc Hastings, señaló que la investigación correrá a cargo de una flamante subcomisión. No respondió si Hastert era uno de los que debía comparecer.
Howard Berman, el demócrata de mayor jerarquía de la comisión -que tiene igual número de miembros de ambos partidos-, dijo que la investigación durará algunas semanas, "no meses".
Hastert aplaudió la decisión de la comisión y agregó que le pedirá a su abogado a que coopere con el panel hasta "llegar al fondo del asunto".
En un comunicado divulgado antes de su rueda de prensa, Hastert señaló que "cualquier persona que sea hallada culpable de conducta inapropiada que involucre contacto o comunicación sexual con un mensajero deberá renunciar de manera inmediata, será despedido o habrá una votación para su expulsión".
El escándalo de Foley ha remecido al Partido Republicano, que no sólo se ha visto inmerso en un nuevo frente de batalla que podría acabar con su mayoría en el Congreso, sino que también ha generado enfrentamientos en su seno.
Dentro del partido, algunos de sus líderes han acusado a Hastert de no haber actuado debidamente. El ex jefe de Gabinete de Foley, Kirk Fordham, dijo haber alertado hace varios años a líderes republicanos sobre la conducta de Foley, algo que estos últimos han negado.
Fordham dijo que cuando le hablaron de la conducta incorrecta de Foley con los mensajeros, tuvo "más de una conversación con el personal de mayor jerarquía de la Cámara de Representantes para pedir que intervinieran".
Algunos funcionarios republicanos, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que ciertos miembros del partido habían sopesado el pedirle a Hastert la renuncia.
