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Jaque Mate| ¿25 mil millones?

Sergio Sarmiento

?Los recursos que se obtendrán de las medidas planteadas en el presente Decreto permitirán obtener un ahorro de 25,500 millones de pesos?. Decreto presidencial

¿Está cayendo Felipe Calderón en el mismo populismo fácil del que ha hecho gala Andrés Manuel López Obrador? ¿Está ofreciendo las mismas cuentas alegres que en campaña hizo el ex candidato presidencial del PRD? Eso parecería con el anuncio de su programa de austeridad, el cual supuestamente generará ahorros por 25 mil 500 millones de pesos en el gasto público.

Nadie puede estar en contra de la austeridad en el Gobierno. Es irracional que el Gobierno mexicano gaste dos billones de pesos al año y que los contribuyentes recibamos tan pocos servicios a cambio de ese dinero. Gastar menos en sueldos y burocracias, y más en aquellas cosas que tienen un impacto sobre el bienestar de la gente, es una responsabilidad insoslayable de cualquier Gobierno que se respete. Y, efectivamente, los sueldos de los altos mandos del Gobierno mexicano son altos, no en comparación con los que se pagan en la iniciativa privada por responsabilidades similares pero sí en contraste con lo que gana la mayoría de los mexicanos.

El problema es que las medidas de austeridad que ha anunciado el presidente Calderón no parecen acercarse siquiera a una fracción de esos 25,500 millones de pesos de gasto superfluo que este programa supuestamente eliminaría.

¿Alguien se ha puesto a pensar cuántos mandos altos hay en el Gobierno Federal? Estamos hablando del presidente de la República, los secretarios, los subsecretarios, los oficiales mayores y los jefes de unidad. ¿Son 300 o, quizá, 400? ¿Cuánto se va a ahorrar si se les recorta el diez por ciento de su salario? ¿Doce mil, 15 mil pesos al mes en cada caso?

Si es así, el máximo ahorro que el erario podría lograr por estos recortes de sueldo sería de 15,000 pesos multiplicados por 400 funcionarios, o sea, seis millones de pesos al mes. Si multiplicamos este monto por 12 meses del año, más un mes de aguinaldo, tendríamos un ahorro de 78 millones de pesos al año.

No es que sea desdeñable que el Gobierno nos ahorre a los contribuyentes 78 millones de pesos al año. Bienvenidos sean. Pero de 78 millones de pesos a los 25,500 millones que establece como objetivo el decreto presidencial hay una diferencia tan grande que los recortes a los salarios se convierten en una burla o en una abierta mentira política.

Las reducciones de salarios de los altos funcionarios no son la única medida que se incluye en el plan de austeridad que publicó ayer el Gobierno del presidente Calderón. También hay recortes en gastos de representación, viáticos y otros similares. Pero la única medida concreta que se plantea en el decreto es el recorte del diez por ciento a los salarios de los altos funcionarios. Falta pues detallar las acciones que nos darían esos otros 24,422 millones pesos que necesitaríamos para alcanzar la meta del decreto.

El recorte de diez por ciento en el sueldo no cambiará el nivel de vida de los más altos funcionarios. Seguirán encontrándose en el grupo de la sociedad mexicana con mayores ingresos. Pero no pensemos que estos sueldos son necesariamente competitivos con los que se pagan en el sector privado a ejecutivos que manejan responsabilidades similares. Muchos son los funcionarios que deben aceptar un ingreso menor, con riesgos significativamente mayores, por trabajar en el Gobierno.

Tiene sentido, por supuesto, buscar todas las opciones para recortar el gasto superfluo del Gobierno con el fin de aplicar todos los recursos disponibles para el gasto realmente indispensable: ese que mejora la situación de los más pobres, el que permite la construcción de infraestructura que hace más competitivo al país o el que promueve el desarrollo nacional. Pero sobran las dudas de si las medidas que se están planteando en el decreto son suficientes para lograr esa pretendida disminución en el gasto de 25,500 millones de pesos.

Políticamente resulta muy beneficioso decir que esto se puede lograr recortando ligeramente los sueldos de los funcionarios que más ganan, sin tocar a la gran masa de trabajadores, muchas veces redundantes, que tenemos en la enorme Administración pública. Pero la realidad es que será muy difícil, si no imposible, conseguir la reducción del gasto con estas medidas.

Habrá que ver cómo se traducen las generalidades que se enumeran en el decreto en medidas concretas para disminuir el gasto. Sólo entonces quedará claro si realmente se puede llegar a una cifra de reducción del gasto cercana a la que plantea la buena intención del presidente. Mientras las acciones no sean más definidas, y vengan acompañadas de cifras específicas, no se podrá evitar el escepticismo. Por lo pronto, nadie que tenga una idea del escaso ahorro que se logrará recortando en diez por ciento el sueldo de los altos funcionarios podrá pensar que en esto hay un paso firme para ahorrar 25,500 millones de pesos.

EBRARD

Marcelo Ebrard tomará hoy protesta como jefe de Gobierno del Distrito Federal. La ceremonia será mucho más fácil a la que tuvo que enfrentar el presidente Felipe Calderón el primero de diciembre. Para empezar, los diputados locales del PAN no han mostrado ninguna intención de impedir la toma de protesta como lo hicieron los legisladores federales del PRD en la ceremonia de Calderón. Y qué bueno que así sea. Así como a todos nos conviene que al presidente le vaya bien, también a todos nos beneficia que Ebrard tenga un buen Gobierno.

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